Fue «el hombre de las gafas negras».
Camará sigue estacionario. Ingresó gravísimo en la residencia sanitaria Francisco Franco, donde fue hecha la fotografía, pero la medicación que le fue administrada alivió, en parte, su dolencia pulmonar. Estos días recibe a sus amigos y charla con ellos animadamente. Camará, el apoderado por excelencia, padre de apoderados y empresarios también de renombre, fue matador de toros y administró a numerosos toreros, entre ellos Manolete, con quien alcanzó fama mundial. El «hombre de las gafas negras», como le llamaban, por un peculiar tipo de gafas de cristales oscuros q...
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Camará sigue estacionario. Ingresó gravísimo en la residencia sanitaria Francisco Franco, donde fue hecha la fotografía, pero la medicación que le fue administrada alivió, en parte, su dolencia pulmonar. Estos días recibe a sus amigos y charla con ellos animadamente. Camará, el apoderado por excelencia, padre de apoderados y empresarios también de renombre, fue matador de toros y administró a numerosos toreros, entre ellos Manolete, con quien alcanzó fama mundial. El «hombre de las gafas negras», como le llamaban, por un peculiar tipo de gafas de cristales oscuros que llevaba siempre, no sólo dirigió la carrera de un diestro de leyenda, sino que ejerció una influencia decisiva en la configuración de la moderna tauromaquia y en los usos del negocio taurino.