LOS CONCIERTOS DEL REAL

El pianista Pommier

José María Sanmartín murió poco antes de iniciarse la presente temporada. Sus compañeros de la orquesta, interpretando también el sentir del público, han rendido homenaje a la memoria del pianista y compositor alavés con una nueva versión de la Suite Arabarra, Premio Nacional de 1963.Suponen estas bien trazadas danzas orquestales una contribución importante al acervo de ,la música vasca, por la fidelidad con que los aires básicos están tratados en lo armónico como en lo instrumental. Se advierte en la Suite cómo Sanmartín dominaba los recursos de una técnica a la europea puesta a...

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José María Sanmartín murió poco antes de iniciarse la presente temporada. Sus compañeros de la orquesta, interpretando también el sentir del público, han rendido homenaje a la memoria del pianista y compositor alavés con una nueva versión de la Suite Arabarra, Premio Nacional de 1963.Suponen estas bien trazadas danzas orquestales una contribución importante al acervo de ,la música vasca, por la fidelidad con que los aires básicos están tratados en lo armónico como en lo instrumental. Se advierte en la Suite cómo Sanmartín dominaba los recursos de una técnica a la europea puesta al servicio de un repertorio ideológico de su país. Público y orquesta dedicaron grandes ovaciones al músico fallecido cuando Odón Alonso levantó la partitura.

Bien sentimos que no tocara Jean Bernard Pommier el anunciado Concierto, de Arnold Schönberg, aun cuando a juzgar por la reacción, el público no lo sintió demasiado y volvió a deleitarse con las muchas bellezas que contiene el primer concierto de Chopín. A decir verdad, la versión de Pommier fue excelente por la pulcritud del mecanismo, el encanto de una sonoridad clara y transparente y la expresividad de una línea tocada por momentos del acreditado gusto francés. Pommier es intérprete que, en muy pocos años, se ha situado en lugar de considerable prestigio, y ya el hecho de escucharle merecía la pena.

Odón Alonso, que dirigió muy bien la Suite y colaboró espléndidamente en el Concierto, expuso como final del programa, la Quinta sinfonía beethoveniana. Su versión viene a depurar las escuchadas anteriormente, lo que es signo positivo. Sin exageraciones virtuosísticas, con elección de unos tempi tan bellos como difíciles, el maestro y los profesores de la RTVE consiguieron una interpretación de gran categoría.

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