"La creación", de Haydn, por orquesta y coro Gulbelkian

Un amplio equipo de críticos musicales no daría abasto para cubrir información de la oleada musical prenavideña. Menos aún para dedicar el comentario adecuado que, difícilmente, encontraría hueco en diario alguno. Significativa ha sido la presentación del conjunto de la Fundación Gulbelkian en el Real en sesión inserta en el cielo de Cultura Portuguesa en Madrid y presidida por la Reina doña Sofía.De todos es conocida la amplia labor que, en muy diversos campos musicales, lleva a cabo la Gulbelkian. Entre los más brillantes empeños cuenta la creación y mantenimiento de una orquesta y co...

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Un amplio equipo de críticos musicales no daría abasto para cubrir información de la oleada musical prenavideña. Menos aún para dedicar el comentario adecuado que, difícilmente, encontraría hueco en diario alguno. Significativa ha sido la presentación del conjunto de la Fundación Gulbelkian en el Real en sesión inserta en el cielo de Cultura Portuguesa en Madrid y presidida por la Reina doña Sofía.De todos es conocida la amplia labor que, en muy diversos campos musicales, lleva a cabo la Gulbelkian. Entre los más brillantes empeños cuenta la creación y mantenimiento de una orquesta y coro, de evidente calidad: la que nos ha visitado ahora, dirigida por Michel Corboz, para interpretar La creación, de Haydn. Noventa voces bien trabajadas se fundieron con la formación instrumental que la partitura reclama para darnos una muy bella versión del oratorio. El prestigio de Corboz, cuyas grabaciones con el Ensemble instrumental et vocal de Lausanne constituyen piezas de antología, está basado en una sólida formación y un detenido y largo estudio de las características estilísticas de un repertorio que va de Monteverdi a Haydn y Mozart. Resultados tan espléndidos como los comprobados ahora en Madrid no hacen sino revalidar las razones del magisterio de Corboz, presentar en vivo lo que tantos admiran, a través del disco. Evelyn Brunner, John Elwes y Niklaus Tuller tuvieron a su cargo las partes solistas de La creación.

Yepes-Sor

Tiempo jubilar para la guitarra: se celebra el bicentenario de Fernando Sor. Andrés Segovia cumple 15 años e ingresa en la Real Academia de San Fernando. Regino Sainz de la Maza alcanza los tres cuartos de siglo y Narciso Yepes llega a la cincuentena. Pocos artistas hay actualmente con tanto poder de convocatoria como Yepes, que dedicó la mitad de su recital a obras de Sor y el resto a diversos autores: Weiss, Bach, Carulli, Giuliani, amén de la interminable serie de encores a que le obligan siempre las aclamaciones del público guitarrístico. Yepes, en plena madurez, tocó como él sabe hacerlo: con dominio técnico, severidad de estilo, belleza y variedad de sonido e intimismo expresivo. El Real contrastó la leve voz de la guitarra con el estentóreo bravear del auditorio. Homenaje de Yepes a Sor y homenaje del público a Yepes. Tal podría ser el resumen de la jornada.

Baciero

El pianista burgalés Antonio Baciero ha coronado recientemente un largo trabajo de investigación que dará por resultado, de una parte, la publicación por UME de una nueva antología de música española para teclado, y, de otra, la edición discográfica de la obra completa de Antonio de Cabezón. Cumplida la tarea, vuelve a sus conciertos habituales, en los que, como es lógico, incluye algunos pentagramas de los que han sido objeto de largo estudio musical y musicológico: Recercatas, de Sebastián de Albero; sonatas inéditas de Scarlatti o Sonata en do mayor, de Julián Prieto. Junto a tan sorprendente repertorio de salvaciones, Bach (Suite inglesa), Chopin (Balada en fa menor) y Beethoven (Sonata 32) llenaron su recital del teatro Real, al que asistió la Reina doña Sofía. Baciero es artista que interesa siempre: posee belleza sonora, imaginación, mecanismo pulcro y neto, pero, sobre todo, tiene ángel. Aquí está su secreto. Hasta cuando conceptualmente estamos en descuerdo con tal cual detalle interpretativo, acaso con la concepción de todo un tiempo, no podemos esquivar el poder de atracción que, en grados de sutil intensidad, vitaliza el arte de Baciero. Su concierto fue, pues, precioso y apreciado y hasta desde pentagramas ligeros, hasta en algo banales, como los de Prieto fue capaz de arrancar arauditorio bravos entusiastas.

Música francesa

Dentro de la Quincena Cultural Francesa, el Instituto ofreció dos interesantes programas musicales. Uno, a cargo del Quinteto de Viento Guy Touvron (trompeta del grupo), con obras de De Lalande, Palestrina, Gervaise, Dukas, Horovitz y CambreIing. Otro, en el que Jean Claude Nachón, en obras electroacústicas, alternó con páginas de Roselyne Masset-Lecoq, como el anterior becario en la Casa de Velázquez, Debussy, Fauré y Ravel, para las que se contó con los solistas españoles Rafael Ramos (cello) y Emínanuel Ferrer (piano).

Higueras-Zanetti

Ana Higueras, acompañada por Zanetti, cerró el ciclo liederístico de la Fundación March con un programa Strauss, en el que la cantante madrileña lució la belleza de su voz y la hondura de su inteligencia. Ana Higueras hace lied como debe hacerse: tanto desde la palabra poética como desde su transmigración a los pentagramas. Su estilo aparece limpio de adherencias y sobre su saber hacer se añade un incisivo encanto personal. Zanetti fue lo que es siempre: colaborador ideal, flexible, dialogante, identificativo.

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