Presentación del espectáculo "Ruizseñor-77"

Durante la noche del jueves se presentó en el King Kabarett Literario de Madrid el espectáculo Ruizseñor- 77 (charlas porno-políticas), protagonizado por el humorista Pedro Ruiz, que también actuó el año pasado en el teatro Fígaro con un espectáculo de similares características.«Aunque la filosofía y la intención del espectáculo -humor provocador y desmitificador- sigue siendo la misma, han variado, sin embargo, muchos textos, se ha acrecentado la proximidad con el público, se ha introducido la presencia de músicos en directo (banda Finestrelles) y se han incorporado nuevos temas, sobre...

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Durante la noche del jueves se presentó en el King Kabarett Literario de Madrid el espectáculo Ruizseñor- 77 (charlas porno-políticas), protagonizado por el humorista Pedro Ruiz, que también actuó el año pasado en el teatro Fígaro con un espectáculo de similares características.«Aunque la filosofía y la intención del espectáculo -humor provocador y desmitificador- sigue siendo la misma, han variado, sin embargo, muchos textos, se ha acrecentado la proximidad con el público, se ha introducido la presencia de músicos en directo (banda Finestrelles) y se han incorporado nuevos temas, sobre todo un largo y caricaturesco debate de Cortes, poco tratado hasta ahora.» «Mi espectáculo -ha explicado Pedro Ruiz- infringe muchas normas de ortodoxia. Yo no soy humorista, o en todo caso hago un humor demagógico (pero no pretendo el poder por el humor). Soy más bien provocador o desmitificador, espermatozoide ácrata -como se definió en la presentación del espectáculo-. Y eso de convertirse en aguijón de glúteos en una sociedad donde se han enseñoreado los prejuicios produce todavía muchos infartos de pudor.».

Políticos, artistas, escritores, profesionales de la información, deportistas de la «fauna nacional», estratos e instituciones más de moda en estos momentos son caricaturizados a través de un lenguaje político-sexual por Pedro Ruiz, catalán, «aunque no puedo, hacer en estos momentos demagogia con mi apellido». Del escarnio del humorista no se libra ni siquiera el presidente del Gobierno, aunque otros políticos de la Oposición le ofrecen más posibilidades de mofa y fina crítica.

«Este tipo de humor responde a una actitud mía profunda ante la vida. Me siento agredido por la educación social que durante treinta años he recibido "por esta sociedad de baba y prisa" en la que se oye pero no se escucha y este humor puede resultar más que útil, incluso yo diría que imprescindible. Ya va siendo hora de que a nadie se le caigan los anillos por ponernos todos a la misma altura, empezando por mí. El humor que desmitifica se convierte en un insustituible ejercicio de humildad que a todos nos viene muy bien para apearnos de la absurda apariencia en la que vivimos.»

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