Entrevista:

"La muerte de Sebastián Arache", una ceremonia ritual

Entrevista con su realizador, Nicolás Sarquis

La muerte de Sebastián Arache y su pobre entierro, de Nicolás Sarquis, realizador argentino, fue una de las películas de mayor interés proyectada en el último Festival de Cannes, en la sección de la Quincena de Realizadores. Previamente se había proyectado en el Festival Internacional de Cine de Valladolid y clausuró la semana de cine latinoamericano que se exhibió, en colaboración con la Filmoteca Nacional, en el Centro Cultural Villa de Madrid. Nicolás Sarquis pasó por Madrid y EL PAIS realizó la siguiente entrevista:

EL PAIS: ¿Cómo realizó su película?Nicolás Sarquis: ...

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La muerte de Sebastián Arache y su pobre entierro, de Nicolás Sarquis, realizador argentino, fue una de las películas de mayor interés proyectada en el último Festival de Cannes, en la sección de la Quincena de Realizadores. Previamente se había proyectado en el Festival Internacional de Cine de Valladolid y clausuró la semana de cine latinoamericano que se exhibió, en colaboración con la Filmoteca Nacional, en el Centro Cultural Villa de Madrid. Nicolás Sarquis pasó por Madrid y EL PAIS realizó la siguiente entrevista:

EL PAIS: ¿Cómo realizó su película?Nicolás Sarquis: Sebastián Arache... es, en cierto sentido, un filme muy libre. Es una película anarquica por excelencia. Sin embargo, ahora lo veo más claramente, sus innumerables problemas de producción lo condicionaron en extremo. Tal vez en muy pocos casos como en éste el resultado final sea el resultado posible. Filmé durante siete meses en total, con un año de interrupción cuando ya llevábamos cuatro meses de rodaje. Debí interrumpirlo porque murió uno de los actores principales durante el rodaje. Fue Raúl del Valle. No podía deshechar lo filmado y modifiqué el libro, que tenla una estructura abierta. Los problemas eran interminables. Todo el muhdo sabe que una producción independiente tiene sus complicaciones y,sus riesgos, pero el caso de Arache... fue bastante excepcional como experiencia. El filme maduraba con el desarrollo de la producción. Al mismo tiempo la falta de una producción orgánica, posibilitaba una experiencia múltiple. Fue un proceso simbiótico y hasta cierto punto buscado porque no podía ni quería sujetarme a una producción muy marcada.

Filme neurótico

EL PAIS: ¿Cómo definiría su filme?N. S.: Mi película tiene el carácter de una ceremonia ritual. Era necesario -al menos para mí- el crear un ámbito, un contexto donde fuese posible contar la historia que yo quería. Una historia que arranca de lo personal y se convierte, para bien o para mal, no lo se, en un filme neurótico y desesperado. Al principio era una historia dramáticamente precisa, pero gradualmente se convierte en una alegoría cargada de fatalidad. Debo reconocer que si mi filme tiene alguna influencia, ésta proviene más de la literatura que del cine. Soy un obsesivo lector de literatura latl noamericana, también de su historia y sus leyendas. Creo que la mejor literatura de esa corriente está dando una nueva dimensión de nuestra realidad. En el cine todavía no se ha podido, salvo raras excepciones. Creo que no tenemos una tradición cinematográfica que nos identifique y nos señale un camino.

Lo real mítico

EL PAIS: ¿Cómo definiría sus experimentaciones del lenguaje cinematográfico?N. S.: En mi película me planteo dos cosas concretas: encontrar una forma expresiva y una temática que me permita alcanzar una realidad más vasta y trascendente. En cierto modo quisiera acercarme a esa concepción que tan bien definiera el escritor paraguayo Roa Bastos, refiriéddose a la literatura: «lo real mítico», lo mítico en oposición a lo maravilloso porque esto último está ligado casi siempre a la noción de lo insólito, a ese aspecto de extrañamiento que se instala momentáneamente en lo cotidiano latinoamericano. En cambio, la calificación mítica parece más adecuada porque implica una noción de existencia real. En América Latina, señala Roa Bastos, estamos dominados por una imagen y, una vivencia colectiva profunda del mito. Entiendo sobradamente que el cine dispone de otros códigos de lectura y comunicación, pero estoy convencido de que debemos experimentar el lenguaje que mejor nos exprese, aún a costa de los riesgos que esto supone.

Mi película está construida en base a trasgresiones, a alteraciones respecto del len.guaje cinematográfico codificado como norma. No quería narrar la historia de mi película en un tiempo presente y realista. Lo que hice entonces fue hacer una trasposición d e circunstancias, de hechos reales y verdadero, pero en un contexto alusivo.

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