Punto de partida

(...) La Generalitat es ahora reconocida oficialmente por el Gobierno y las condiciones precisas en que actuará de forma provisional nuestra primera institución, largo tiempo reivindicada, reflejarán, sin duda, lo que toda negociación refleja: un pacto en el que se da y en el que se cede, sin que raramente, cada una de las partes implicadas pueda sentirse plenamente satisfecha. Esta Generalitat la recibimos, pues, como un punto de partida y, bajo ese prisma, percibimos el sentido de uno de los versos de «Els Segadors»: esa Catalunya, representada por aquella Generalitatque todos anhelamos, «to...

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(...) La Generalitat es ahora reconocida oficialmente por el Gobierno y las condiciones precisas en que actuará de forma provisional nuestra primera institución, largo tiempo reivindicada, reflejarán, sin duda, lo que toda negociación refleja: un pacto en el que se da y en el que se cede, sin que raramente, cada una de las partes implicadas pueda sentirse plenamente satisfecha. Esta Generalitat la recibimos, pues, como un punto de partida y, bajo ese prisma, percibimos el sentido de uno de los versos de «Els Segadors»: esa Catalunya, representada por aquella Generalitatque todos anhelamos, «tornará a ser rica i plena». Es desde ese futurible que contemplamos un momento histórico del que conviene erradicar todo signo triunfalista para sentar el principio de que la voluntad popular, en una demo-, cracia auténtica, a la postre, nunca puede ser desvirtuada o defraudada.30 septiembre

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