Cartas al director

No sólo de autonomía...

En entrevistas realizadas por Diego Carcedo para «Ultimas Noticias» del pasado jueves 22, con los parlamentarios vascos que mantienen negociaciones con el ministro de las Regiones, señor Clavero Arévalo, escuché decir al primero de los entrevistados que los problemas de España se acabarían cuando se acabaran los de Vascongadas y Cataluña. La inflación, paro, carestía de la vida, baja de la Bolsa, tantos Y tantos otros problemas, ¿se deben sólo a la no concesión de la autonomía a vascos y catalanes? Si es eso sólo, pues piden poco, si es verdad que con ellas nos resuelven los problemas d...

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En entrevistas realizadas por Diego Carcedo para «Ultimas Noticias» del pasado jueves 22, con los parlamentarios vascos que mantienen negociaciones con el ministro de las Regiones, señor Clavero Arévalo, escuché decir al primero de los entrevistados que los problemas de España se acabarían cuando se acabaran los de Vascongadas y Cataluña. La inflación, paro, carestía de la vida, baja de la Bolsa, tantos Y tantos otros problemas, ¿se deben sólo a la no concesión de la autonomía a vascos y catalanes? Si es eso sólo, pues piden poco, si es verdad que con ellas nos resuelven los problemas de España y los españoles.

Reducir los problemas de España a las Vascongadas, Navarra y Cataluña es algo ilógico, porque España no son sólo tres regiones, son muchas más, con problemas tan gordos, o más, que los que puedan tener las ya citadas, y piden urgentemente también sus autonomías. Autonomías que apruebo, pero en su tiempo, ya que parecen ser el privilegio de unos pocos, los de siempre, los que se saltan a la torera una Constitución, todavía inexistente, por la que se deben regir las autonomías, y después discutirlas y adaptarlas alas peculiaridades regionales.

Esos privilegios son los que les hacen saborear ya un régimen preautoriómico, mientras que las demás regiones tendrán que esperar a la nueva Constitución.

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Sólo nos queda aprender la lección dada por vascos y catalanes, que en tres meses y días se han unido a uños líderes, ideas, bandera, y han armado tales movilizaciones y presiones, que se les conced lo que piden o son capaces de organizar razzias hasta quedarse solos y al fin «independientes».

Tomemos su ejemplo y unámonos por nuestras autonomías ahora; después nos habrán sacado mucha ventaja.

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