El déficit de la balanza de pagos, punto límite para la crisis económica

El déficit de la balanza de pagos, sin ser el problema más importante de nuestra economía, es el más urgente y el que va a actuar como señal de alerta de una situación insostenible, manifestó el profesor Fuentes Quintana en una reunión mantenida con periodistas dé Madrid para presentar el informe de coyuntura del servicio de estudios de la Confederación de Cajas de Ahorro, en el que se analiza con detalle la grave situación de la balanza de pagos.

El informe comienza señalando que la economía se encuentra, en estos momentos, ante un vuelva usted mañana, tanto por pa...

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El déficit de la balanza de pagos, sin ser el problema más importante de nuestra economía, es el más urgente y el que va a actuar como señal de alerta de una situación insostenible, manifestó el profesor Fuentes Quintana en una reunión mantenida con periodistas dé Madrid para presentar el informe de coyuntura del servicio de estudios de la Confederación de Cajas de Ahorro, en el que se analiza con detalle la grave situación de la balanza de pagos.

El informe comienza señalando que la economía se encuentra, en estos momentos, ante un vuelva usted mañana, tanto por parte del Gobierno como de los partidos políticos. Al grito politique d'abord (la política primero),la economía ha quedado proscrita de las preocupaciones oficiales en una inexplicable separación de política y economía. En esta situación nos encontramos -según destacó el profesor Fuentes- con un 30 % de inflación -triple de la media de la OCDE-; un 5 % de paro que se eleva al 50 % para los menores de veinticinco años; y un déficit de la balanza de pagos superior a los 4.200 millones de dólares, repetido en el último trienio y que sólo encuentra alivio en una carrera de endeudamiento exterior.¿Se puede construir una sociedad democrática que ha de tener la necesidad de adoptar decisiones libres e independientes con la dependencia y coacción que hoy ya significa el elevado y gravoso endeudamiento exterior?, se pregunta en la parte final de la presentación del informe que concluye diciendo: «El gran terna de la política española en la hora actual -por razones puramente políticas- esto es, por afianzar el orden democrático al que aspiramos, es, sin duda, afrontar la situación económica del país.»

De los tres problemas, económicos clave, inflación, paro, y déficit exterior, el tercero, sin ser el más grave, parece como el más urgente para el servicio de estudios que dirige el profesor Fuentes. Ante los problemas de la. balanza de pagos -2.200 millones de dólares perdidos en reservas y 7.000 millones de endeudamiento en tres años- no es posible seguir diciendo a la economía vuelva usted mañana, ya que llega el día -a corto plazo- en que es necesario decir a los hombres del Fondo Monetario Internacional que vengan hoy.

Después de analizar la actual situación de la balanza de pagos y los efectos de la crisis económica, el informe realiza una estimación del posible comportamiento de la misma hasta 1980, mediante una extrapolación de la tendencia actual. Los resultados de los déficit de estos años se cuantifican en el cuadro adjunto, en la columna denominada tendencia.

Ante esta situación caben dos tipos de medidas o una combinación de ambos. Las primeras, en el frente exterior, encaminadas a reducir importaciones, fomentar las exportaciones y ajustar la política de cambios (devaluar). Las segundas, en el ámbito interior, suponen un plan de equilibrio interno que afecte fundamentalmente al ritmo de crecimiento y, la inflación (austeridad, estabilización o saneamiento que se dice ahora). En tercer lugar, cabe combinar las dos acciones. Los resultados de estas tres opciones, en términos contables de balanza de pagos, se expresan en las columnas 2, 3 y 4.

La sustitución de importaciones no parece muy fácil, sino en el campo de los alimentos. De cualquier forma, se podría conseguir una reducción del total importado. El fomento de la exportación depende de la evolución del comercio mundial, variable sobre la que no podemos actuar y puede depender de un ajuste en los cambios.

Equilibrio interior

Los modestos resultados del exterior exigen un programa de equilibrio interior que modere las tasas de crecimiento y reduzca las tasas de inflación al 9 % en 1980. Este plan consta de cuatro bases indispensables: política fiscal, disciplina de rentas, implantación de la competencia, y política monetaria. Además, este plan debe negociarse democráticamente con las fuerzas políticas y sociales.

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