Las versiones del grupo "Solars Vortices"

Hace unas semanas escribí desde París sobre el Ensemble Solars Vortices, de Perpinyá, que dirige Jacques Mercier. Es uno de los grupos franceses que, desde la provincia, han iniciado algo así como la ofensiva vanguardista hacia el centro.París, su crítica más cualificada, ha dedicado a los músicos del Solars Vortices sus mejores elogios, y ahora, con ocasión de su intervención en los Días de Música Contemporánea de Radio Nacional, no hay sino renovar nuestros juicios recientes. Renovar e intensificar en el caso de Grimorios, de Antón Larrauri, transformación par...

Hace unas semanas escribí desde París sobre el Ensemble Solars Vortices, de Perpinyá, que dirige Jacques Mercier. Es uno de los grupos franceses que, desde la provincia, han iniciado algo así como la ofensiva vanguardista hacia el centro.París, su crítica más cualificada, ha dedicado a los músicos del Solars Vortices sus mejores elogios, y ahora, con ocasión de su intervención en los Días de Música Contemporánea de Radio Nacional, no hay sino renovar nuestros juicios recientes. Renovar e intensificar en el caso de Grimorios, de Antón Larrauri, transformación para grupo instrumental y banda electrónica de su anterior quinteto de viento. Alusiva a un mundo de magia y brujería, la página del músico bilbaino brilló más en Madrid que en París, pues como en su momento anotamos, en la capital francesa no funcionaron los amplificadores, con lo que el empleo del magnetofón no llegó a cumplir el propósito del autor que le encomienda el gran climax final.

En Athanor, se videnció el talento y la seguridad de mano de Jesús Rodríguez Picó, representante destacado de la última generación española. Juega Picó con las responsabilidades de la apertura y el control, así como con el empleo -instrumental de elementos vocales a cargo de los mismos instrumentistas. Pero la concepción es tan apretada y precisa, tan latina, que el interés y la comunicación. con el público se mantienen con sorpresa y eficacia. El ucraniano, . residente en París, Mariano Kouzan, combina saxo, trompeta, trompa y dos trombones para un mensaje que gira en torno al tema de la alquimia medieval.

Al estilo de la obra de Otte escuchada al grupo de Champigny, el instramentista -clarinete bajo- que protagoniza Maya ha de alternar su trabajo instrumental con el vocal a través de fonemas de diversa entonación y significación dramática. Oatrice Boucquillón lució calidades fuera de serie, las que, por otra parte, dominan la labor del Solars Vortices. Jacques Mercier es, sin duda, uno de los valores más positivos entre la joven dirección del país vecino por su seguridad técnica y su claro pensamiento.