El Gobierno alemán, al borde de la crisis

Cuando Helmut Schmidt fue elegido canciller el 16 de mayo de 1974, dos diputados de la coalición votaron contra él. En pleno desprestigio socialdemócrata, a consecuencia de los escándalos económicos y de las intervenciones restrictivas en materia de libertades ciudadanas, los augures políticos tratan de vaticinar cuando caerá el Gobierno. La escena de la crisis está a punto: sólo falta que «alguien» de la voz para que se alce el telón.

La ocasión elegida parece ser la discusión parlamentaria sobre el presupuesto general para el año 1978. Según el semanario Der Spiegel, de est...

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Cuando Helmut Schmidt fue elegido canciller el 16 de mayo de 1974, dos diputados de la coalición votaron contra él. En pleno desprestigio socialdemócrata, a consecuencia de los escándalos económicos y de las intervenciones restrictivas en materia de libertades ciudadanas, los augures políticos tratan de vaticinar cuando caerá el Gobierno. La escena de la crisis está a punto: sólo falta que «alguien» de la voz para que se alce el telón.

La ocasión elegida parece ser la discusión parlamentaria sobre el presupuesto general para el año 1978. Según el semanario Der Spiegel, de esta semana, los socialdemócratas de la región norteña de Schleswig-Holstein han acordado una especie de conjura contra el canciller Schmidt para votar contra su programa en el caso de que se estimule en los presupuestos la construcción de centrales nucleares.La socialdemocracia de la región más septentrional de Alemania se ha caracterizado en la lucha «antiatómica» contra el Gobierno de Bonn, a raíz del caso Brokdorf. Los socialdemócratas de Schleswig, que celebraron una reunión secreta sobre la táctica a seguir el pasado día 18 de abril, han desmentido insuficientemente la información del Spiegel, para el que seis de los diez socialdemócratas de la región presentes en el Parlamento federal votarán contra Helmut Schmidt durante el dictamen presupuestario.

Se considere o no suficiente el desmentido de los « recalcitrantes » norteños, lo cierto es que el Gobierno aprobó la pasada semana un programa especial para la promoción del potencial energético en el que, de 6.530 millones de marcos destinados al sector, 4.530 irán a para a la energía nuclear, lo cual choca con la decidida posición antiatómica protagonizada por un sector socialdemócrata.

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