Francia ayuda a Zaire por razones de "seguridad y solidaridad"

«No hay soldados franceses en Zaire, ni los habrá», afirmó anoche el presidente de la República francesa, Valery Giscard d'Estaing, ante sus conciudadanos, en una entrevista de cincuenta minutos en la televisión, dedicada a la política exterior gala. El presidente reconoció que la delicada situación de política interior (división de la mayoría gubernamental, crisis económica, victoria de la oposición de izquierdas en las municipales recientes, y todo ello con las elecciones legislativas a la vista) influía en un deseable dinamismo de la política extranjera.El señor Giscard respondió a numerosa...

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«No hay soldados franceses en Zaire, ni los habrá», afirmó anoche el presidente de la República francesa, Valery Giscard d'Estaing, ante sus conciudadanos, en una entrevista de cincuenta minutos en la televisión, dedicada a la política exterior gala. El presidente reconoció que la delicada situación de política interior (división de la mayoría gubernamental, crisis económica, victoria de la oposición de izquierdas en las municipales recientes, y todo ello con las elecciones legislativas a la vista) influía en un deseable dinamismo de la política extranjera.El señor Giscard respondió a numerosas cuestiones que se plantean los fraceses, no sin inquietud, sobre la intervención de Francia en Zaire. En primer lugar, afirmó que la «asistencia» francesa, enviando aviones a Marruecos para transportar material a Zaire, fue consecuencia de una «petición» de estos dos países y nada más. En segundo lugar, Francia accedió a dicha petición para dar de un lado, «seguridad» a sus aliados africanos y, por otro, para manifestar «solidaridad » entre Europa y Africa. El señor Giscard afirmó que la decisión de enviar aviones la había tomando «sin el acuerdo previo de EEUU, y con toda independencia.

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Referente a la presencia de oficiales franceses en Zaire, aseguró que el único que se encontraba en este país regresó a Francia ayer por la tarde. Hablando de la situación en este país africano, reafirmó que no se trata de una «rebelión» interior, sino de una «agresión» realizada por «elementos exteriores», pero aseguró que no tenía informes sobre la procedencia de tales elementos, y que no podía pronunciarse sobre la eventualidad de su nacionalidad cubana o soviética.

En su opinión, la «asistencia» francesa no provocará otras asistencias extranjeras favorables a los «agresores», porque se trata de una acción «defensiva» en el interior de las fronteras de un Estado.

«Francia no juzga los Gobiernos -dijo Giscard-, y los regímenes de Africa se han establecido según las características de cada país»

En otro momento, el presidente Giscard declaró que tenía constancia de que «la situación interna de Zaire en lo que respecta al régimen de Mobutu es estable, «pese a lo cual pidió ayuda a otros países amigos por carecer de medios para afrontar la infiltración militar extranjera».

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Giscard concluyó afirmando que «Francia no tiene intención de comprometerse en una acciónbélica, ni irá más allá de atender la petición concreta que le hicieron los Gobiernos de Rabat y Kinshasa», por lo que -añadió- «no es posible la comparación con Vietnam, ni iremos más lejos de dar con esto una muestra de solidaridad con el continente africano».

Sobre las relaciones Este-Oeste, después del fracaso de la negociación sobre los armamentos estratégicos entre la URSS y USA, el señor Giscard no se manifestó pesimista, pero estimó que serían más «difíciles». A propósito del «esfuerzo que realiza la Unión Soviética para aumentar su arsenal militar desde hace una docena de años», manifestó que no creía que produjese un desequilibrio importante respecto a los americanos.

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