MUSICA

El coro de RTVE conmemora el aniversario de Guerrero

Aunque no sea exactamente un centenario, los 450 años transcurridos desde el nacimiento de Francisco Guerrero (1527-1599) son motivo suficiente para rendir homenaje a uno de nuestros más insignes compositores. Homenaje útil porque la obra de Guerrero, de altísima calidad, ha sido más descuidada que la de sus ilustres contemporáneos Cristóbal de Morales y Tomás Luis de Victoria.

Visitando hace unos días la catedral de Jaén, esa formidable fábrica renacentista de Andrés de Vandelvira, recordábamos a Francisco Guerrero, modelo de hombre renaciente, artista genuinamente español y, a la vez,...

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Aunque no sea exactamente un centenario, los 450 años transcurridos desde el nacimiento de Francisco Guerrero (1527-1599) son motivo suficiente para rendir homenaje a uno de nuestros más insignes compositores. Homenaje útil porque la obra de Guerrero, de altísima calidad, ha sido más descuidada que la de sus ilustres contemporáneos Cristóbal de Morales y Tomás Luis de Victoria.

Visitando hace unos días la catedral de Jaén, esa formidable fábrica renacentista de Andrés de Vandelvira, recordábamos a Francisco Guerrero, modelo de hombre renaciente, artista genuinamente español y, a la vez, profundamente universal. Como la de Morales, es la de Guerrero una de esas obras puente entre Joaquín Després y Palestrina. Pero, examinando su estilo, vemos en él la raíz hispánica de un hondo sentimiento religioso empapado en el agua, fresca y entrañable del arte popular.En el conjunto de su producción domina, como buen andaluz, la liturgia mariana, de donde le viene su fama de cantor ferviente de la Virgen. Su música posee una gran dulzura y nos da una extraordinaria paz. En este sentido, aunque sea menos personal y expresivo que su maestro Cristóbal de Morales, ofrece Guerrero mayores posibilidades para el sereno recogimiento.- Se ha dicho, además, que el compositor sevillano ha sido el polifonista que ha traducido con mayor perfección el sentido de los textos, los sentimientos que éstos contenían. Por otra parte, Guerrero es uno de los primeros músicos que utilizan la lengua castellana en piezas de carácter religioso.

Radio Nacional de España, en su ciclo Lunes Musicales, rindió homenaje esta semana a Guerrero, a quien la Unión Europea de Radiodifusión, coordinada con nuestra emisora y la Radio Belga, dedica este año especial atención. No en vano ambos países contribuyeron decisivamente al esplendor del arte polifónico.

El concierto

El concierto del Lunes Santo en la iglesia de San Jerónimo el Real (afortunadamente empieza a ser tradición) ha repasado tres aspectos de la producción de Guerrero. En primer lugar, los motetes a cuatro voces mixtas sobre textos latinos, frecuentes en la música eclesiástica de la época. Luego, algunas Canciones y villanescas espirituales, originales ejemplos de esa fusión de lo popular y lo culto, de lo profano y lo sagrado.Pero quizá lo más interesante del concierto fuese la Missa puer qui natus est nobis, de luminosa pureza contrapuntística. La Missa constituía un verdadero estreno para el público actual. Oyendo esta música, de inusitada perfección, emocionándonos con la fuerza expresiva, gozosa, del Benedictus, duele más la ausencia de conciertos sacros que padecemos, en el país donde menos debía ocurrir esto.

Alberto Blancafort dirigió el Coro de la RTVE con la maestría y conocimiento del estilo a que .nos tiene acostumbrados. Pensamos que la Missa puer qui nalus est nobis debe pasar al disco, así como esos motetes (¡qué hermosura el breve y emotivo Caro mea! para dejar huella de la conmemoración guerreriana.

En cuanto a las Cancionesy villanescas espirituales, fueron bien interpretadas por un cuarteto de solistas del coro, dirigido por el tenor José Foronda, con la soprano Alicia de la Victoria, la contralto Feny Sánchez y el bajo Fausto Herzen. Melodias tan dulces y expresivas no es de extrañar corriesen de boca en boca y pasaran, con éxito, a la vihuela de algunos contemporáneos del autor.

Pero, conste, la fama de Guerrero no fue sólo española. Se extendió por toda Europa, y sus obras se imprimieron también en Francia, Italia y Flandes.

Hasta cumplidos los sesenta años no salió Guerrero de Andalucía, donde había desempeñado puestos de maestro de capilla en las catedrales de Jaén, Málaga y, desde 1555, Sevilla. Todo lo creó en España, excepto su libro El viaje a Hierusalem (Valencia, 1590), relato de una peregrinación a Tierra Santa. No es cierto pues, como se ha dicho, que nuestros mejores músicos se formasen en Italia.

El 8 de noviembre de 1599 deja de existir en Sevilla Francisco Guerrero. En Sevilla ve la luz por esos días Diego Velázquez.

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