Los "nueve" de la CEE no se ponen de acuerdo sobre el aumento de precios

La posición británica impidió en el Consejo de Ministros de Agricultura de la CEE que se llegará a un acuerdo sobre el aumento de precios agrícolas en la presente campaña. La Comisión Europea proponía un aumento medio del 3%, que no satisface a los agricultores, fuerza política clave para Gobiernos con problemas electorales próximos.

Una noche en blanco, precedida de tres días de reuniones, no bastó para encontrar un compromiso entre los «nueve» de la CEE, para fijar los precios agrícolas que deberían entrar en vigor a partir del viernes 1 de abril.La intransigencia británica para acept...

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La posición británica impidió en el Consejo de Ministros de Agricultura de la CEE que se llegará a un acuerdo sobre el aumento de precios agrícolas en la presente campaña. La Comisión Europea proponía un aumento medio del 3%, que no satisface a los agricultores, fuerza política clave para Gobiernos con problemas electorales próximos.

Una noche en blanco, precedida de tres días de reuniones, no bastó para encontrar un compromiso entre los «nueve» de la CEE, para fijar los precios agrícolas que deberían entrar en vigor a partir del viernes 1 de abril.La intransigencia británica para aceptar un compromiso rompió la baraja, creando tensiones serias entre Londres y las demás capitales de la CEE. LOS «nueve» acordaron, a primera hora de la mañana, aplazar la decisión hasta el Consejo de Agricultura del 25 y 26 de abril, en Luxemburgo, y prorrogar por un mes, hasta el 1 de mayo, los precios agrícolas CEE de la campaña anterior.

La comisión Europea proponía un incremento medio del orden del 3%, para la campaña 1977/78. Aumento que variaba en cada país, en función de la realidad monetaria. Los aumentos eran de casi el 10% para países con moneda débil, como Gran Bretaña, Irlanda e Italia, mientras que sólo aIcanzaban él 2% para países con monedas fuertes, como la República Federal de Alemania y Holanda.

John Silkin, ministro británico de la Agricultura, protagonizó el clásico «marathon» agrícola comunitario que anualmente caracteriza el Consejo de Ministros dedicado a la determinación de los precios agrícolas CEE. La excepción de esta edición es que el Gobierno laborista de James Callaghán antepuso razones nacionales al objetivo comunitario, lanzando una nueva crisis de confianza entre los «nueve» del Mercado Común.

En Bruselas se dice que Silkin recibió órdenes directas del «premier» Callaghan para mantener su postura, contra viento y marea, a propósito del aumento de precio para la mantequilla. El Gobierno Callaghan, que se mantiene gracias a la neutralidad de los liberales, no quiere provocar reacciones internas en Gran Bretaña, por los precios agrícolas de la CEE, en un momento de negociación social con los sindicatos.

Todos los ministros de Agricultura presentes en Bruselas criticaron la actitud de Londres. «Los británicos quieren guiar Europa, pero tienen cincuenta años de retraso» declaró Giovanni Marcora, ministro italiano de Agricultura.

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