Tampoco Schmidt recibirá a Amalrik

Tampoco el jefe del Gobierno federal, Helmut Schmidt, está dispuesto a recibir en su despacho al disidente soviético Amalrik, quizá por las mismas razones que han aconsejado al presidente Giscard d'Estaing no acceder a la entrevista solicitada por el citado refugiado político. Al igual que en París, también se espera en Bonn una visita del secretario general Brejnev.El portavoz del Gobierno federal ha comunicado que Amalrik podrá ser recibido, si lo desea, por el subsecretario Wischnewski «si es que se lo permiten a éste sus compromisos».

Antes de conocerse la decisión del canciller, un...

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Tampoco el jefe del Gobierno federal, Helmut Schmidt, está dispuesto a recibir en su despacho al disidente soviético Amalrik, quizá por las mismas razones que han aconsejado al presidente Giscard d'Estaing no acceder a la entrevista solicitada por el citado refugiado político. Al igual que en París, también se espera en Bonn una visita del secretario general Brejnev.El portavoz del Gobierno federal ha comunicado que Amalrik podrá ser recibido, si lo desea, por el subsecretario Wischnewski «si es que se lo permiten a éste sus compromisos».

Antes de conocerse la decisión del canciller, un diario conservador, el Frankfurter Allgemeine, se anticipaba con una interpretación de la actitud del jefe del Gobierno respecto de la solidaridad con los disidentes de los países socialistas: «en los círculos del Gobierno -señala el diaño- se teme que dar rienda suelta a excesivas muestras de solidaridad con los disidentes significaría un deterioro de las relaciones germano-soviéticas».

En la RFA, donde el Partido Comunista (DKP) se orienta claramente hacia un claro prosovietismo, la solidaridad con los movimientos disidentes del Este se concentra en el ámbito de la izquierda, en los sectores maoistas e independientes.

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