Sólo las farmacias pueden vender medicamentos veterinarios

Todas las especialidades de uso veterinario deberán ser registradas obligatoriamente en la Dirección General de Sanidad y deben venderse exclusivamente en las farmacias, según ratifica una sentencia del Tribunal Supremo, informa Logos. El Tribunal Supremo estableció que la legislación vigente impone dos obligaciones: la de «registrar en la Dirección General de Sanidad cualquier medicamento, bien sea destinado a la medicina humana o a la veterinaria, debiendo reputarse clandestino en otro caso»; y que «la venta al público de cualquier medicamento o especialidad farmacéutica no podrá hace...

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Todas las especialidades de uso veterinario deberán ser registradas obligatoriamente en la Dirección General de Sanidad y deben venderse exclusivamente en las farmacias, según ratifica una sentencia del Tribunal Supremo, informa Logos. El Tribunal Supremo estableció que la legislación vigente impone dos obligaciones: la de «registrar en la Dirección General de Sanidad cualquier medicamento, bien sea destinado a la medicina humana o a la veterinaria, debiendo reputarse clandestino en otro caso»; y que «la venta al público de cualquier medicamento o especialidad farmacéutica no podrá hacerse sino a través de las oficinas de farmacia». Todo ello viene originado por un recurso formulado por un laboratorio. El laboratorio que fabricó la especialidad la registró en Ganadería, lo que no basta, según el Tribunal, y la había vendido directamente a una cooperativa de criadores de ganado de cerda de Barcelona, por lo que fue sancionado.La sentencia del Supremo viene a remover un viejo problema planteado en tres frentes: por un lado los laboratorios que servían directamente; por otro, el de las farmacias, y, por último, el de los propios veterinarios que, en un porcentaje elevado de casos en el medio rural, son quienes prescriben y quienes, de una u otra forma, venden. Puede suponerse hoy que la sentencia va a provocar reacciones por parte de los veterinarios rurales. Y va a suscitar la vieja controversia que en este sentido tienen planteada con los farmacéuticos, ya que la venta de las especialidades veterinarias produce unos beneficios que las partes afectadas consideran propios.

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