Tribuna:DIARIO DE UN SNOB

Consuegra

Por un solo justo podía salvarse la ciudad bíblica. Por un solo pueblo se salva siempre España: Fuenteovejuna, Zalamea, Cbrisuegra. Como en Fuenteovejuna, en las pancartas de Consuegrá, el pueblo con el Rey. Qué ocasión para las grandes plumas monárquicas, si la Monarquía tuviese hoy grandes plumas. Pero Pemán, con ser Pemán, no es Lope de Vega.He esperado a ver si escribía algo, por lo menos, el conde de los Andes. En vista de que no, pues lo escribo yo. Ya están camino de Consuegra, con la imaginación o con el seiscientos, periodistas madrugadores: ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Por un solo justo podía salvarse la ciudad bíblica. Por un solo pueblo se salva siempre España: Fuenteovejuna, Zalamea, Cbrisuegra. Como en Fuenteovejuna, en las pancartas de Consuegrá, el pueblo con el Rey. Qué ocasión para las grandes plumas monárquicas, si la Monarquía tuviese hoy grandes plumas. Pero Pemán, con ser Pemán, no es Lope de Vega.He esperado a ver si escribía algo, por lo menos, el conde de los Andes. En vista de que no, pues lo escribo yo. Ya están camino de Consuegra, con la imaginación o con el seiscientos, periodistas madrugadores: Luis Otero, Norberto Araúz, una valenciana nieta de Blasco Ibáñez, que va a escribir un libro. Tendrían que ir los.hombres del teatro: Buero, Tamayo, Mihura (si no tuviese la pierna loca, estos días), para montar el auto sacramental de Consuegra. pueblo,eterno de España, burgo podrido donde siempre se cuecen las grandes asonadas nacionales, nuevo y Villalar de los comuneros del referéndum. levantados con est andartes democráticos contra un alcalde como el de Zalamea.

Puro Lope, puro Calderón, puro sigo XVII (aquí nunca nos movemos del siglo XVII por más referéndumes que se líen), Nuestro teatro barroco pasado por nuestro caciquismo barroco: eso es hoy Consuegra . Qué noche toledana le han dado al alcalde en el toledano pueblo de Consuegra. Hasta que ha tenido que dimitir. Ellos, que se han pasado cuarenta años denunciando en los discursos oficiales la turbia farsa electorera del liberalismo, montan la electorera farsa turbia en cuanto les llega la urna de Madrid. Valía la pena hacer este referéndum en el que no creíamos demasiado, sólo porque naciese este motín de Esquilache, este arrebata capas popular, este auto sacramental de Valdivielso, con el alcalde de Consuegra haciendo de doña Carnal.

Villalar, Guernica, Fuenteovejuna. España siempre se salva y legitima por un pueblo, por un pequeño pueblo heroico, mártir o testigo (palabras de la misma raíz, como se sabe).

Brunete, Belchite, pueblos de España en armas o en votos. Picasso, tomando apuntes del natural para hacer el cuadro de las lanzas de Fuenteovejuna. Lope de Vega, poniendo en pie, con Víctor García y Fernando Arraba, sobre la lona temblorosa de la historia, el bombardeo, de Guernica. Siempre hay un pueblo que se levanta contra el tirano y siempre hay un hombre de España. un genio de España, que está allí para contarlo.

Qué auto de fe, Consuegra. Qué escarmiento de alcaldes a dedo. Por un pequeño pueblo con nombre híspido de parentesco ingrato, por un pequeño pueblo entre Toledo y La Mancha, se legitima todo un referéndum televisivo. Consuegra no ha querido ser la suegra de España, la mala suegra arisca de los chistes, el búnker del no, sino el molino de viento. Los molinos manchegos de Consuegra han te nido una noche de encantamiento y amanecieron gigantes hoscos, y a don Miguel de Cervantes, desconcertado, le dolía el brazo manco de Valle-Inclán, preguntándose si sería aquél el pueblo maldito de cuyo nombre no quería acordarse.

La aldea maldita, se llamaba una película de Florián Rey, pionera del cine español. Consuegra no quiere ser la aldea maldita y enarbola en el fotograbado los síes como lanzas en un nuevo, improvisado y velazqueño cuadro de las lanzas. Siempre lo he dicho: el Museo del Prado no está en el museo, sino repartido por toda España, y de pronto el museo imaginario se hace vivo, desvela a un alcalde, destapa un engaño, endereza un entuerto. No importa tanto la nueva suma de síes como el volteo que se le ha pegado a la historia, en Consuegra. Resulta que, a pesar de la falta de práctica, los enemiguos del sufragio también saben hacer turbias maniobras electoreras. De tanto denunciar el truco, los totalitarios, qué bien se lo han aprendido.

Fuenteovejuna, Villalar, Zalamea, Guernica, Consuegra. Rosario de pueblos que le gustaría rezar a Unamuno. La España mesetaria, tan denostada, resulta que aún está viva. España, hoy se llama Consuegra.

Archivado En