Los jornaleros solicitan medidas contra el paro

«Ahora comienza otra etapa de paro, en la que nos llevaremos varios meses sin poder ni siquiera alimentar y vestir a nuestras familias como es debido. Pero para nosotros, los jornaleros, esto no es un problema nuevo», se dice en un escrito en que se piden medidas «concretas e inmediatas», dirigido por tres jornaleros andaluces al ministro de Trabajo.Los tres trabajadores, pertenecientes a la Delegada Regional de Andalucía de Comisiónes de Jornaleros, y presidentes de Sindicatos Obreros del Campo, informaron de que habían entregado el citado escrito en el registro general del Ministerio ante la...

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«Ahora comienza otra etapa de paro, en la que nos llevaremos varios meses sin poder ni siquiera alimentar y vestir a nuestras familias como es debido. Pero para nosotros, los jornaleros, esto no es un problema nuevo», se dice en un escrito en que se piden medidas «concretas e inmediatas», dirigido por tres jornaleros andaluces al ministro de Trabajo.Los tres trabajadores, pertenecientes a la Delegada Regional de Andalucía de Comisiónes de Jornaleros, y presidentes de Sindicatos Obreros del Campo, informaron de que habían entregado el citado escrito en el registro general del Ministerio ante la imposibilidad de ser recibidos por el ministro y por los directores generales de Empleo y Trabajo.

El motivo del viaje a Madrid y del escrito al ministro es la grave situación en que se encuentran los jornaleros andaluces. Según los citados representantes de las Comisiones de Jornaleros, en Andalucía el 35 % de la población activa, más de 600.000 trabajadores, son jornaleros. El jornalero, que no tiene seguro de desempleo, trabaja a lo largo del año, siempre según las expresadas fuentes una media de cinco o seis meses, entre las labores del campo y el denominado empleo comunitario. El resto del año, sin percibir ningún dinero, tienen que arreglárselas para subsistir y para abonar mensualmente, más de novecientas pesetas a la Mutualidad Agraria, que es la que les da acceso al empleo comunitario y a la atención médica.

Para el empleo comunitario se han otorgado este año, según los trabajadores, 4.000 millones de pesetas, de los que se habrá empleado a favor de la comunidad tan sólo un 30 %. El resto se les abona a estos trabajadores, mientras da el presupuesto, por estar brazo sobre brazo. El motivo de que realmente no se emprendan tareas comunitarias (arreglos de calles, limpieza de acequias u otras obras públicas) es la falta, de tesorería de los ayuntamientos, según los jornaleros.

Se quejan también los jornaleros de los miles y miles de hectáreas (17.000 tan sólo en la campiña sevillana) que están sin cultivar o mal cultivadas en Andalucía, mientras ellos se encuentran en paro. De que las subvenciones para empleo comunitario se otorgan en razón directa a las luchas campesinas, en evitación de problemas de orden público. Sólo a las localidades donde se producen conflictos, afirman los jornaleros, les otorgan subvenciones. Una treintena de compañeros, dicen, han pasado por la cárcel, sin embargo, en los últimos dos meses, por estas acciones. Afirmaron también que para cobrar las prestaciones de baja por enfermedad o invalidez, cuando se encuentran en paro, tienen que recurrir al favor de algún patrón que les quiera firmar que cuando se produjo la enfermedad o el accidente estaban trabajando para él.

Los jornaleros, aunque precisan que «sólo una Reforma Agraria y la creación de puestos de trabajo pueden solucionar verdaderamente los problemas del campo», reivindican en estos momentos un seguro de desempleo, concesión de créditos y acceso a tierras incultivadas, convenios colectivos de campaña, jubilación a los sesenta años, que se ponga fin a la discriminación de salarios por edad y sexo, Seguridad Social a cargo del Estado y libertad para constituir sindicatos.

Las Comisiones de Jornaleros, que funcionan en 121 pueblos de Andalucía, aparecen a finales de 1974, preconizando desde entonces la creación de Sindicatos Obreros del Campo (existen ya en 51 pueblos). No están en la estructura de CC OO, pero -según los citados representantes- coinciden en cuanto a su primitivo espíritu.

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