Ligera

Los profesionales pagan con la muerte

No hace muchas semanas, en el comentario a la desaparición de Cecilia hacíamos una triste profecía. desgraciadamente cumplida hace unos días: adelantándonos a los acontecimientos advertíamos que no terminaría la temporada de galas veraniegas y otoñales sin que algún otro hombre de la música ligera española desapareciese en el curso de su trabajo, y concretamente en la carretera que ellos recorren a altas velocidades en horas cada día distintas, mecidos por el cansancio y la fatiga, movidos por los nervios que el contacto con el público acentúa.

Estos accidentes nacen en el hecho estadís...

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No hace muchas semanas, en el comentario a la desaparición de Cecilia hacíamos una triste profecía. desgraciadamente cumplida hace unos días: adelantándonos a los acontecimientos advertíamos que no terminaría la temporada de galas veraniegas y otoñales sin que algún otro hombre de la música ligera española desapareciese en el curso de su trabajo, y concretamente en la carretera que ellos recorren a altas velocidades en horas cada día distintas, mecidos por el cansancio y la fatiga, movidos por los nervios que el contacto con el público acentúa.

Estos accidentes nacen en el hecho estadístico de que los profesionales de la música ligera permanecen horas y horas en sus automóviles recorriendo las carreteras españolas, y por tanto, como gremio, pagan cada año la renta de unas cuantas vidas. Hace unos días, los más recientes del año: las vidas de dos de los componentes del grupo granadino Los Ángeles. Concretamente, uno de ellos el entrañable Poncho que desbordaba simpatía y vitalidad. Los Ángeles, junto a Los Ibéricos, son los grupos españoles que adquirieron una especial maestría en el tratamiento vocal que hacían a los temas que interpretaban. En eso lograban superar claramente a Brincos, Bravos y otros, que con mayor éxito comercial no consiguieron superar la perfección técnica de los arreglos de voces y el sonido de éstos.

Justamente, Los Ángeles recibieron la influencia Beatles, y a través de ellos la de los grupos norteamericanos que en esos años, desde California hacían sonar sus voces por el mundo, como eran Beach Boys, Jan y Dean, etc. Esta soleada música de mediados de los 60 contribuyó a hacer de Los Ángeles uno de los grupos más populares de España y, en un par de ocasiones alcanzaron el número uno de las listas, aunque nunca consiguieron el status de super-star. Ello no les impidió continuar una sólida carrera, basada en el prestigio y en el trabajo serio y continuado. Aparte de esto un par de sus antiguos componentes, Agustín y Pepe, tras separarse del grupo iniciaron nuevas aventuras musicales. La de Agustín acaba de empezar con Los señores de Rodríguez mientras que la de Pepe dio paso a otro destacadísimo grupo de la música ligera española: Los Módulos. A través de Los Módulos, Pepe, y sus compañeros han llevado adelante una de las más serias carreras de nuestro país, llena de originalidad y éxito. Carrera que por cierto estuvo a punto de truncarse cuando Pepe estuvo a punto de morir en un accidente automovilístico al empotrarse su Alpine en su camión.

Arte discográfico

La desaparición de estos dos jóvenes marca la de un tipo de música pop cuya intrascendencia estaba clavada en su propia esencia: música de consumo elevada a la consideración artística por la perfección técnica con que se grababa, interpretaba y arreglaba. Con ella el sonido se convirtió en el vehículo suficiente para la aparición de un auténtico arte discográfico, distinto del estrictamente musical, donde a través de los recursos sonoros de la grabación magnetofónica era posible transmitir sentimientos y emociones añadidos a los de la palabra y la música de las canciones o, incluso, excluyendo éstos y usándolos como simple pretexto.

Más tarde, finales de los 60 y principios de los 70 los grupos eminentemente vocales cedieron un poco ante la potencia creadora de instrumentistas como Hendrix, Clapton o MacLaughlin o pasaron a interesarse por un material folk y soul un poco alejado de lo llamado estrictamente música pop y que marcó, tras el rock el lanzamiento y asentamiento de tantos artistas que se ganaron para el disco a la inmensa masa juvenil del mundo.

También a nivel internacional los accidentes mortales en el curso de viajes por actuaciones o similares han sido muy numerosos y han tronchado algunas carreras destacadas ocasionando pérdidas que en algunos casos han sido irreparables.

En este aspecto f'ue una fecha tristemente destacada el 3 de febrero de 1959, cuando el avión que llevaba a Big Bopper, Ritchie Valens y Buddy Hollv se estrelló. Buddy es uno de los nombres fundamentales de la primera época del rock y aunque ha dejado obras importantísimas para nuestra música, era seguro que su capacidad creativa habría aumentado el número de éstas dando al rock una mayor credibilidad en los ambientes musicales selectos. De Big Bopper no se podía esperar tanto, pero el jovencísimo Ritchie Valens tenía un buen futuro y con su balda Donna abrió el camino a los Fabian AvaIon, Dion, etc. Este accidente pudo haber sido más trágico si los Everly Brothers hubieran ido en el vuelo, puesto que iban todos juntos de gira. Los Everlv se salvaron, paradójicamente, porque prefirieron la carretera. Otro de los nombres importantes del rock, Eddie Cochran, tuvo un accidente automovilístico el 17 de abril de 1960 de resultas del cual murió, quedando cojo Gene Vincent.

Fecha inolvidable también es la del 10 de diciembre de 1967, día en que murió Otis Redding con varios miembros de su grupo en otro accidente aéreo. También en un viaje para actuar, pero en carretera murieron Billy Stewart (17 de enero de 1970) y Johnny Horton (5 de noviembre de 1970) y Earl Grant (11 de junio de 1970). La música country perdió en un accidente aéreo, el 3 de marzo de 1963 a tres destacados nombres: Patsv Cline, Cowboy Copas y Wawkshaw Hawkins.

En los 70 ha habido un grupo, ya a punto de desaparecer, que ha sufrido terriblemente los accidentes en carretera, aunque en motocicleta: AlIman Brothers Band. El 29 de octubre de 1971 el legendario Duane AlIman murió al estrellarse su moto. Un año más tarde otro componente del grupo. Barrv Oaklev, tuvo otro accidente similar, en una motocicleta el 11 de noviembre resultando también muerto.

La profesión se ha convertido en auténticamente peligrosa, siendo cada día mayor el riesgo mortal, sobre todo en los desplazamientos. Y resulta dificilísimo controlar esta sangría, puesto que una racionalización de las actuaciones con calendarios para que los transportes sean más seguros no entra en la mente de nadie. Cada día que pasa y no se actúa es una enorme cantidad de dinero perdido y los contratos se aceptan todos, haciendo lo imposible para cumplirlos quitándole horas al sueño, al descanso. Es una pena pero es así. De todas formas siempre resulta triste ver como alguien abandona el mundo en plena gloria aunque esta gloria sea a veces tan fugitiva y tan poco permanente.

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