Crítica:MUSICA / MANUEL DE FALLA

Exposiciones, cursos y conferencias, en el Festival granadino

La figura y la obra de Falla constituyen, a la vez, una vigencia musical y una realidad histórica. Por lo mismo, el XXV Festival Internacional no podía conformarse con hacer sonar las partituras más significativas del compositor gaditano, incluido un estreno mundial de la importancia de Fuego fatuo. Junto a los conciertos resultaba ineluedible establecer el contrapunto de las lecciones, conferencias, exposiciones y publicaciones. Han sido y serán varias las aportaciones en este sentido; bien merecen un recuento panorámico a fin de que crítica y crónica se complementen hasta redondear la...

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La figura y la obra de Falla constituyen, a la vez, una vigencia musical y una realidad histórica. Por lo mismo, el XXV Festival Internacional no podía conformarse con hacer sonar las partituras más significativas del compositor gaditano, incluido un estreno mundial de la importancia de Fuego fatuo. Junto a los conciertos resultaba ineluedible establecer el contrapunto de las lecciones, conferencias, exposiciones y publicaciones. Han sido y serán varias las aportaciones en este sentido; bien merecen un recuento panorámico a fin de que crítica y crónica se complementen hasta redondear la tarea informativa.Exposiciones

En los salones de la Fundación Rodriguez Acosta -torres blancas en contraste con el apimentonado rojo del hotel vecino- fue inaugurada una exposición documental y artística sobre Manuel de Falla. Como catalogador del, centenar y medio de documentos pretendí hacer posible, a través de ellos, la reconstrucción de la biografía de don Manuel. Cartas, fotografías, diplomas, dibujos, programas, carteles, objetos de uso diario, libros, borradores, correcciones de pruebas originales, ediciones, sirven como pequeños y significativos hitos sobre los que montar la línea de una existencia creadora.

Los paneles y vitrinas están inmersos en una suerte de círculo mágico, de gran valor plástico, formado por retratos, bocetos de decoración figurines, muñecos o títeres para el Retablo dibujos, aguafuertes y escuturas originales de Zuloaga, Vázquez Díaz, Hernando Viñes, Hermenegildo Lanz, Jaime y Jorge Blasi y Juan Cristóbal. En el acto de inauguración Miguel Rodríguez Acosta impuso a la viuda de Gallego Burín y a la sobrina de Falla las medallas de oro de la Fundación, concedidas, a título póstumo, a quién fuera alcalde de la ciudad y director general de Bellas Artes y a don Manuel. Las palabras de Rodríguez Acosta subrayaron una verdad: la continuidad en el fervor y la amistad, lapermanencia en la memoria que enlazaron siempre los tres apellidos: Falla, Gallego y Acosta.

Maribel de Falla, de García de Paredes, habló en nombre propio y en el de doña Eloísa Morell de Gallego. Sus palabras sencillas, exactas en su redacción y, su emoción, recordaban la escueta gratitud de don Manuel en análogas ocasiones de homenaje. Tocadas de los mismos sentimientos y apurada concisión fueron las pronunciadas por Lago Carballo, director general del Patrimonio Artístico, entusiasta de Falla y compañero en el equipo ministerial que trajo a Gallego Burín a la Dirección de Bellas Artes, desde la que creó el Festival granadino. Otra exposición que, al menos tangencialmente, se relaciona con Falla: la de la Casa de los Tiros, sobre XXV años del Festival, acompañada en su apertura por la palabra testimonial y evocativa del crítico de ABC, Antonio Fernández Cid.

Publicaciones

Reseñado en mi crónica anterior el opúsculo de Gallego Morell, que, por referirse a la historia del Festival, trata en gran parte de la figura de Falla, he de anotar la aparición de un libro extremadamente interesante: Manuel de Falla, cartas a Segismundo Romero, comentadas por el profesor Pascual Recuero y editadas por el Ayuntamiento y la Casa-Museo Manuel de Falla. Romero es el famoso Segis, con el catalán Gisbert, íntimos amigos del maestro, quien a la hora de apreciar valores humanos, sostuvo, en todo momento, actitudes de gran pureza y cordial afectividad.

Toda la historia de la Bética, los afanes de Falla y sus colaboradores, además de tantos otros asuntos de gran valor biográfico, hacen de la correspondencia Falla-Romero un documento inapreciable. Más aún cuando el recopilador y comentarista acierta en la medida del profesor Recuero.

Aparecerá también una nueva edición de Manuel de Falla y el Cante Jondo, de Eduardo Molina Fajardo, lanzada por la Cátedra Falla de la Universidad de Granada. Y aunque no esté conectado con don Manuel, pienso que habría hecho sus delicias el «lnventario de guitarreros granadinos» -1875-1975-, obra de Eusebio Rioja, impreso en el mes de mayo. Supone un capítulo de gran interés en la historia musical de la ciudad, por cuanto tiene de tradición y vigencia. .

En fin dentro del VII Curso Manuel de Falla destacan las lecciones de Rodolfo Halffter, el Halffter de América, como le llamara Adolfo Salazar. La primera, dictada con carácter inaugural en el Paraninfo, abordó el tema de Falla y la generación musical de 1927. Por estar contada por uno de sus protagonistas, que de vez en vez bajaba de Madrid a la Antequeruela para recibir consejos de D. Manuel, la experiencia del magisterio fallesco cobró en el conferenciante valores testimoniales.

Las lecciones siguientes, que dicta ahora Rodolfo en el taller del pintor de la Fundación Rodriguez -Acosta, abordan el análisis de la obra de Falla desde supuestos no sólo responsables sino tan auténticos como que se basan en el sistema composicional de don Manuel, en ocasiones tan puntual y exigente como en el Concerto.

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