Djokovic exige un perfecto equilibrio

Veo a Alcaraz con opciones, y una de las claves para ambos en la final de hoy podría ser su efectividad en la devolución del segundo servicio

Carlos Alcaraz golpea la pelota durante un partido en Wimbledon.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

Wimbledon llega a su fin este domingo con la buena noticia para los aficionados españoles de ver a nuestro jugador Carlos Alcaraz presto a disputar la gran final. A esta cita tan esperada durante todo el año han llegado, sin duda, los dos mejores tenistas de la actualidad. Ambos han demostrado a lo largo de toda la temporada que es muy difícil hacerles sombra en este momento, como tan claramente pudimos ver en sendos partidos de semifinales.

Daniil...

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Wimbledon llega a su fin este domingo con la buena noticia para los aficionados españoles de ver a nuestro jugador Carlos Alcaraz presto a disputar la gran final. A esta cita tan esperada durante todo el año han llegado, sin duda, los dos mejores tenistas de la actualidad. Ambos han demostrado a lo largo de toda la temporada que es muy difícil hacerles sombra en este momento, como tan claramente pudimos ver en sendos partidos de semifinales.

Daniil Medvedev pudo ofrecer muy poca resistencia al murciano, bastante mejor en todo momento. El moscovita pareció no tener su día —no estuvo acertado ni con su saque ni con su juego de fondo—, pero la realidad es que no pudo sobreponerse a la calidad del contrincante que tenía al otro lado de la red. El juego de Carlos fue tan superior en todas sus facetas, que el ruso acabó jugando sin una estrategia clara y fue adquiriendo una creciente desconfianza a medida que iba transcurriendo el encuentro.

La otra semifinal, entre el serbio y Jannik Sinner, tuvo un desarrollo algo más igualado. Es cierto que Nole se deshizo de su oponente sin ceder una sola manga, pero también lo es que el italiano dispuso de dos bolas para adjudicarse el tercer set; una oportunidad que, de haberla aprovechado, habría dado un poco más de emoción al partido. Con todo, hay que reconocer que el actual número dos del mundo se mostró superior e hizo valer en todo momento su mayor experiencia y seguridad.

Mi pronóstico para la apasionante final de este domingo es realmente vacilante y una de las claves para ambos jugadores podría ser su efectividad en la devolución del segundo servicio. Creo que Carlos debe intentar ser muy agresivo en este golpe para no cederle la iniciativa al rival. No en vano tiene ante sí al peor rival que le podía tocar.

Djokovic es el actual defensor del título, invicto desde 2018, con cuatro coronas consecutivas (la edición del 2020 no se celebró) y vencedor en siete ocasiones. Su juego se adapta a la perfección a la hierba, se mueve con gran facilidad y anticipación y, en una superficie en la que el servicio tiene tanta importancia, tiene el mejor resto del circuito. Si a todo esto le agregamos su mayor experiencia y, probablemente, su mayor control tanto de la pelota como de sus emociones —algo fundamental a la hora de encarar una final de esta magnitud—, parece que se dibuja un escenario algo favorable al jugador serbio.

Pero lo cierto es que también veo a Carlos con opciones para alzarse con el título por primera vez. En estas dos últimas semanas ha demostrado que tiene juego y armas suficientes para desbordar a cualquier rival, aunque este se llame Djokovic. El murciano tiene a su favor la mayor velocidad tanto en sus golpes como en sus desplazamientos, algo más de ímpetu e intensidad y, aunque el serbio sigue mostrando una forma física envidiable, creo que los dieciséis años que los separan también le otorgan cierta ventaja.

La experiencia del malhadado partido de semifinales que Carlos perdió ante el balcánico en el reciente Roland Garros también puede ayudarle a plantear y encarar el encuentro con mayores garantías. Si en aquella ocasión acusó la presión y jugó con algo de precipitación, entiendo que este domingo la consigna será la de encontrar ese perfecto equilibrio que podría darle sus oportunidades de victoria. La de jugar agresivo y no caer en esos largos peloteos en los que Djokovic se muestra casi siempre infalible, sin llegar a olvidar lo que Juan Carlos Ferrero le dijo a su pupilo desde su box en la Philippe Chatrier: “No querrás ganarle a Novak en tres golpes”.

En definitiva, nos espera una final muy emocionante en la que ambos jugadores, conocedores de lo que está en juego, nos van a ofrecer su mejor versión. Confiemos en que la suerte nos acompañe y que podamos celebrar un nuevo hito para el deporte español.

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