Cuando la Roja llegó a la Luna
Se cumple una década de la obra cumbre del fútbol español, una victoria en el Mundial de 2010 sufrida partido a partido, el gran logro de una generación tan capaz de jugar bien como de competir
La obra cumbre del fútbol español se demoró 90 años. Con el pesimismo metabolizado hasta el tuétano, en una congeladora noche sudafricana, España se hizo Mundial. Fue el éxito de una generación de futbolistas tan extraordinaria por su cualificación técnica como por su colmillo para competir. La Roja no ganó toca que toca, que también, sino, sobremanera, por su capacidad de sufrimiento.
La hinchada ya presagió otro fiasco desde el primer día. Una derrota contra Suiza puso en órbita a todos los regimientos de cenizos. Todos con motivos sobrados por tanto fracaso precedente, pese al despeg...
La obra cumbre del fútbol español se demoró 90 años. Con el pesimismo metabolizado hasta el tuétano, en una congeladora noche sudafricana, España se hizo Mundial. Fue el éxito de una generación de futbolistas tan extraordinaria por su cualificación técnica como por su colmillo para competir. La Roja no ganó toca que toca, que también, sino, sobremanera, por su capacidad de sufrimiento.
La hinchada ya presagió otro fiasco desde el primer día. Una derrota contra Suiza puso en órbita a todos los regimientos de cenizos. Todos con motivos sobrados por tanto fracaso precedente, pese al despegue en la Eurocopa de 2008. Cuando ya saltaban chispas, Vicente del Bosque compareció en público después del patinazo con los suizos y se desactivó la tormenta. Previamente, tras revisar el choque, el míster ya había convenido con Xavi y algún otro que la Roja no había jugado mal. Un accidente, sin más, pero que dejaba al equipo al borde de otro abismo.
Con el sabio y conciliador técnico a la cabeza, el grupo decidió reforzar la idea. Hoy, todavía enfatiza Del Bosque, que pasó horas y horas de debate con Xavi, que sin “relaciones humanas no se gana”. “Lo importante es no engañar nunca al jugador y hacerle creer que manda, aunque luego mandes tú”, remacha, a menudo, el entrenador salmantino.
Tras el batacazo con los suizos nadie se arrugó. Y todos encontraron su momento. Partido a partido. Tormento a tormento, sufre que sufre, persevera que persevera. Bajitos y de toque versallesco, sí. Pero también con nervios de acero. Como los del santificado Iker Casillas ante Cardozo y Robben. El bizarro Puyol ante las pértigas alemanas. El lazarillo Villa con sus cinco goles. Xavi y su reloj con botas. El acoplamiento pactado entre Xabi Alonso y Busquets. Iniesta y su iniestazo final. El andamio de Sergio Ramos y Piqué. El encomiable papel de Capdevila, el titular con menos escaparate. Los momentos de Fernando Llorente, Javi Martínez, Cesc, Navas, Pedro... “Fuimos un grupo muy unido, el secreto es que éramos todos muy futboleros”, reflexiona Xavi para EL PAÍS.
La unión hizo la fuerza y España abrochó por fin el gran título en una noche perruna en Johanesburgo. Por el frío y por los dientes de sierra de los holandeses. Esa noche del 11 de julio de 2010, Holanda no fue, precisamente, el Brasil de Europa, sino una selección más bien matarife. Una selección doblegada en el minuto 116 por un adversario llamado España Fútbol Club.
Fotogalería: la gran final de Johanesburgo
ASÍ FUE EL CAMINO A LA FINAL
El primer (y único) tropiezo
El fantasma del desánimo se apareció en el vestuario español tras ese primer paso en falso. Piqué culpaba al exceso de optimismo. “¡Ya está bien de la tontería esa de que somos los favoritos! [...]. España nunca ha llegado a la final de un Mundial. Por palmarés y por trayectoria no somos favoritos”, espetó a la prensa. El seleccionador, más que abatido, parecía motivado, con ganas de revancha. “Estoy contrariado y lo primero que siento es rebeldía”, clamaba Del Bosque. El equipo, no obstante, no pensaba renunciar a su estilo. [Aquí puede leer la crónica del partido].
La Roja hace los deberes
La victoria reactivó la moral española, pero no acabó de despejar las dudas en el seno del equipo. El propio seleccionador se marchaba algo disgustado. “Fuimos un equipo bastante más largo y menos armónico que el del día de Suiza”, analizaba Del Bosque. [Aquí puede leer la crónica del partido].
España gana el partido más complicado de la fase de grupos
El trabajado triunfo ante los chilenos alivió la incertidumbre que pesaba sobre la selección. Del Bosque reconocía la tranquilidad que aportaba al grupo el pase a octavos y sus jugadores salían satisfechos de Pretoria. “Hemos sabido ganar la primera final”, sentenciaba Xavi, consciente del significado del duelo. [Aquí puede leer la crónica del partido].
Villa ilusiona en octavos de final
España desquició a Cristiano Ronaldo y Llorente amarró arriba un impecable partido de la Roja atrás. No obstante, las palabras de Del Bosque fueron para Busquets, “un centrocampista que lo hace todo”. El siguiente combate, contra la histórica maldición de los cuartos. Villa, artífice de la clasificación, lo advertía: “No hemos hecho nada todavía”. [Aquí puede leer la crónica del partido].
Adiós espinita: España pasa por primera vez de cuartos de final
España batía a su propia historia en un partido incomodísimo para los de Del Bosque, con Casillas como protagonista. Aunque el portero repartía con Reina el mérito de la decisiva parada de penalti a Cardozo. “Me ha dicho por dónde iba a pegarle”, reveló el meta del Real Madrid. Villa anotó el gol que le daría finalmente la bota de plata del torneo y ponía a España en su primera semifinal de un mundial. [Aquí puede leer la crónica del partido].
Un testarazo de Puyol resuelve la semifinal
Puyol rindió a Alemania con un cabezazo que redondeó un partido abrumador de la selección. “España es el mejor equipo del mundo”, afirmaba el seleccionador germano, Joachim Löw, desesperado por la superioridad hispana durante el encuentro. La Roja transmitía una alegría contagiosa. Tanto, que hasta la reina Sofía se pasó por el vestuario para felicitar a la plantilla. “Hemos bailado un poco delante de ella”, explicó Capdevila. [Aquí puede leer la crónica del partido].