Los Goya se convierten en un homenaje a Carlos Saura
La Academia de Cine encara una ceremonia en la que iba a entregársele el premio de honor al director fallecido. “Démosle el reconocimiento que se merece”, dicen los candidatos
La muerte de Carlos Saura este viernes ha conmocionado el mundo del cine justo el día antes de la celebración de la 37ª edición de los Goya, gala en la que iba a recibir el premio de honor. Mientras la Academia de Cine no quiso desvelar anoche cualquier ajuste en la escaleta, varios de los nominados que se sentarán en el patio de butacas ya hablaban del cambio de espíritu que impregnará la ceremonia. Cineastas como ...
La muerte de Carlos Saura este viernes ha conmocionado el mundo del cine justo el día antes de la celebración de la 37ª edición de los Goya, gala en la que iba a recibir el premio de honor. Mientras la Academia de Cine no quiso desvelar anoche cualquier ajuste en la escaleta, varios de los nominados que se sentarán en el patio de butacas ya hablaban del cambio de espíritu que impregnará la ceremonia. Cineastas como Pilar Palomero, Alauda Ruiz de Azúa, Juan Diego Botto, Carla Simón o Alberto Rodríguez aplaudirán desde las sillas del Fibes, el palacio sevillano de congresos y exposiciones, la figura del último clásico del cine español.
Palomero, candidata a mejor película y dirección por La Maternal, explica: “Da mucha pena que no haya podido disfrutar de este homenaje, y a la vez creo que se despide a lo grande. Con toda la industria, con todo el cine recordándole más que nunca. Me parece una forma bonita de despedirte de la vida, con todos los compañeros dando a Saura los honores que se merece”.
Para Alberto Rodríguez, nominado en mejor película, dirección y guion original con Modelo 77, “la gala respirará la misma admiración que siempre nos ha provocado su cine”. El sevillano, que recibe en su casa la 37ª edición de los galardones, desgrana: “Son la fiesta del cine español, y más este año, y duele que haya sucedido así. Por otro lado, es el momento en que debemos poner de relieve su figura, porque es uno de los cineastas más grandes que ha tenido este país. Reivindiquémosle”. O como explica Carla Simón, la ganadora del Oso de Oro de Berlín (festival que también ganó Saura) y finalista en los Goya en mejor película, dirección y guion original con Alcarràs: “La ceremonia estará impregnada de su ausencia”.
Alauda Ruiz de Azúa, triple candidata con Cinco lobitos en película, dirección novel y guion original, también espera que “la academia haga el esfuerzo de replantear la ceremonia, aunque no sé con cuánta flexibilidad cuentan en una gala televisada”. Y apunta: “Estoy tocada, era un hombre inspirador, que parecía eterno, que seguía a sus 91 años creando”. Desde luego, “el momento lo merece, e intuyo que todos los nominados y en general todos los invitados, que ya entendíamos que el Goya de Honor era uno de los momentos álgidos de la ceremonia, sepamos dar ese merecido homenaje. Era una figura muy apreciada por las siguientes generaciones”.
Juan Diego Botto, candidato a dirección novel por En los márgenes, cuenta sus emociones: “Toda la ceremonia homenajea a él y a su cine, a lo que ha significado para el resto. No solo es de los cineastas más relevantes españoles, es que incuestionablemente uno de los grandes del cine europeo del siglo XX. Ahora ya parece poco relevante si gana As bestas o Alcarràs, ahora lo relevante es convertirlo en la jornada de Carlos Saura”. El actor, guionista y director lleva más allá su reflexión: “A veces los académicos no homenajeamos a tiempo a nuestros mayores, y este Goya de Honor era para un creador en activo [Saura estrenó el documental Las paredes hablan el pasado 3 de febrero y tiene de gira la obra Lorca de Saura], que hace dos semanas estrenó su último documental”.
En el último mes, el estado de salud de Carlos Saura fue empeorando hasta el punto de que el pasado fin de semana se despidió de sus amigos. Momento en que se realizó la foto con el Goya de Honor que ayer distribuyó la Academia de Cine. Comprometido hasta el final con el cine, pidió hace unos días que sus familiares (su viuda, la actriz Eulalia Ramón) y alguno de sus hijos (siete) recogieran la estatuilla en Sevilla. Dos de ellos, Antonio, el segundo, y Anna, la pequeña, se encontraban en la capital andaluza para el acto. Ellos serán quienes lo recojan, según confirmó anoche Antonio a Efe: “Él nos pidió que estuviera Eulalia, que no sé si va a estar finalmente, espero que sí, junto a Anna y yo. Mi hermano Carlos es muy tímido”. Y sobre la gala, explicó: “Es una fiesta del cine, y mi padre era un hombre de cine, y muchas de las personas nominadas representan un modelo de cine del que él se sentía muy orgulloso. Creo que lo que tiene que ser es una celebración”. La capilla ardiente se instalará el lunes en la Academia española de Cine.
En un comunicado lanzado poco después de la muerte, la Academia se sentía “muy conmovida por el fallecimiento de Carlos Saura, uno de los grandes directores de la historia del cine español”. La frase procede de su presidente, Fernando Méndez-Leite, que apuntaba de manera personal: “Estoy muy afectado, porque tuve el placer de conocer y tratar durante muchos años a Carlos, a quien consideraba un maestro y un amigo”.
Finalmente, la Academia explicó que se mantendrá, como no podía ser menos, la ceremonia de entrega del Goya de Honor, que ahora será póstumo. Será la tercera ocasión en que ocurra un hecho así: ya pasó en su momento con Emiliano Piedra (1992) y el actor Rafael Alonso (1999). El pasado 22 de enero, la Academia catalana de cine sufrió algo parecido, cuando a 12 horas de la celebración de la gala de sus premios Gaudí, se anunció el fallecimiento del director mallorquín Agustí Villaronga.