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La generación para la que Robert Redford es sobre todo uno de los memes más famosos de internet

Muchos menores de 25 años conocen más al actor por un ‘gif’ sacado de la película ‘Las aventuras de Jeremiah Johnson’ que por sus icónicos trabajos en cine

Robert Redford como 'Jeremiah Johnson'. Foto: IMDB

Tras la muerte de Robert Redford, el periodista especializado en cine y profesor David Arranz preguntó por él a sus estudiantes de Periodismo y Cine, y comprobó con cierto pasmo que no sabían quién era. “Es porque no ven cine clásico. Hay un cambio en la forma de recepción y se consume mucho más los últimos estrenos”, cree. Mariona Borrull Zapata, también docente y periodista con carrera en cine, hizo la misma prueba con el mismo resultado. Lo intentó con otras estrellas: “Pregunté cuántos habían visto El diablo de viste de Prada [protagonizada por Meryl Streep, compañera de Redford en Memorias de África] y solo tres levantaron la mano, de una clase de 40″.

Para quienes crecieron viendo películas en las salas de cine o en la televisión, la muerte de Robert Redford les toca de cerca. Una estrella que vieron en la pantalla grande tantas veces, en cintas como Dos hombres y un destino, Tal como éramos o El golpe. Pero muchos de los que no llegan a los 25 años y que consumen películas en plataformas no conocen su nombre, o bien nunca han visto alguna de sus películas o, quizás, lo ubicaban solo como “el hombre del GIF”. Porque la imagen de Redford sí que es conocida por esas generaciones a través de un meme sacado de Las aventuras de Jeremiah Johnson en el que el actor hace un gesto de aprobación.

“El enfoque de vida actual no te orienta a que te sientes un rato a ver una película de Robert Redford de dos horas o que leas tranquilamente Cien años de soledad”, sostiene Arranz, que aboga por invitar a las nuevas generaciones descubrir al rebelde que personificaba Redford en sus papeles: “Tendría que haber una conciencia por parte de los mayores de un acercamiento, de explicación, paciencia y preparación para que los más jóvenes descubran una serie de obras maestras”. Él pone como ejemplo la invitación que hace a sus estudiantes de Periodismo para que vean Todos los hombres del presidente, sobre la investigación de dos reporteros que tumbó el gobierno republicano de Richard Nixon.

Borrull apunta a una acción cotidiana que se ha perdido: “Durante muchos años la gran ventana para el cine clásico era la televisión en abierto, con las películas de los sábados que veías con tu familia”. Ahora se consume cine a través de las plataformas digitales, con catálogos eternos y decenas de estrenos a la semana. Está en las manos de cada uno elegir qué ver. Ahora, Borrull diferencia a dos tipos de cinéfilos: el de la plataforma de reseñas Letterbox, “que sí se deja llevar por una voluntad enciclopedista y de coleccionismo”, y el que “ve cosas” y es más fácil que vea lo primero que se le muestra. También identifica que algunas películas “quedan viejas” para el público más joven, por su forma de grabar o por cómo tratan ciertos temas de una forma ajena a las nuevas generaciones. O simplemente, hay quienes están hartos de que les digan que “tienen” que ver cierto contenido. “A mí me pasó con La guerra de las galaxias”, dice Borrull, y cuenta que después la destrozó en su crítica.

Adriana Zayas es estudiante de segundo año de Cine en la Escuela Septima Ars de Madrid y tiene 19 años. “Yo no lo conocía de nombre, pero sí de cara. Creo que suele pasar entre los jóvenes. Sí sabía que era un icono en Hollywood, pero no conocía mucho de sus películas”, admite. Para la estudiante, “el cine clásico se está perdiendo porque ahora se ven más películas contemporáneas y de actores conocidos, no tanto por sus directores o productores”. Zayas lo atribuye también a que hace unas décadas el cine era una forma de entretenimiento “más rica y valorada”, pero con las plataformas y las redes sociales “esa atención al cine se pierde”.

La escena de Redford en Las aventuras de Jeremiah Johnson es un GIF legendario en un mundo lleno de reels, stickers y memes. Lo mismo pasa con la cara de Jack Nicholson congelado en El resplandor o con John Travolta perdido, mirando hacia todos lados, en Pulp Fiction. También es común ver camisetas con estampados de películas o bandas musicales de culto en las grandes tiendas. “Puede ser que un post encubra el auténtico valor de un genio del cine”, lamenta Arranz, que cree que los más jóvenes sí ubican a otros históricos, como Marilyn Monroe o James Dean, pero más “por su valor icónico que por su valor cultural y cinematográfico”. Zayas reconoce esto en su generación: “Hay muchos clips de escenas que no se conocen, o frases icónicas que la gente no sabe de dónde vienen porque no han visto las películas”. Con todo, Zayas termina con un deje de esperanza: quizá, los memes y otros productos del mundo digital puedan ser una ventana para que sus contemporáneos se interesen y conozcan el trabajo de los otros Robert Redford de la historia del cine.

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