‘Mickey 17’: el director de ‘Parásitos’ se estrella con una simplona sátira política futurista

Bong Joon-ho solo propone un par de ideas iniciales interesantes que más tarde decide no desarrollar; poco se puede rascar de una obra decepcionante

Robert Pattinson, en 'Mickey 17'.

¿Qué película de ciencia ficción no tiene al menos un par de buenas ideas respecto de nuestro apocalíptico futuro? Sin embargo, con las buenas ideas se llega solo hasta un cierto punto. Es el desarrollo el que deja finalmente a cada una en su lugar. En el de la clarividencia, la complejidad, la trascendencia o, al menos, el del análisis con sustancia. O en el del olvido. Y poco tiene que ver todo esto con el tono: no es necesario ser grave para resultar elevado. Cuántas grandes historias de ciencia ficción, partiendo de evidencias contemporáneas que podían evolucionar hacia el desastre de la h...

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¿Qué película de ciencia ficción no tiene al menos un par de buenas ideas respecto de nuestro apocalíptico futuro? Sin embargo, con las buenas ideas se llega solo hasta un cierto punto. Es el desarrollo el que deja finalmente a cada una en su lugar. En el de la clarividencia, la complejidad, la trascendencia o, al menos, el del análisis con sustancia. O en el del olvido. Y poco tiene que ver todo esto con el tono: no es necesario ser grave para resultar elevado. Cuántas grandes historias de ciencia ficción, partiendo de evidencias contemporáneas que podían evolucionar hacia el desastre de la humanidad, han mostrado su efervescencia, su capacidad para el entretenimiento y hasta la risa, han quedado en la retina por sus impactantes imágenes y, por todo ello, también pasaron a formar parte tanto de la historia del cine como de los pensamientos más pesimistas respecto de nuestro futuro sin necesidad de ponerse las gafas de la intelectualidad.

El surcoreano Bong Joon-ho, artífice de la formidable Parásitos, ha intentado todo lo anterior en Mickey 17, presentada hace unas semanas en el festival de Berlín: el análisis y la trascendencia a través del ímpetu comercial y de la amenidad; de la risa y hasta del amor. Y nada le sale. Nada. Salvo un par de ideas iniciales que más tarde decide no desarrollar, poco se puede rascar de una obra decepcionante. De hecho, ese par de ideas tampoco es plenamente original, pues se ha tratado antes en un buen puñado de títulos de ciencia ficción, tanto literarios como cinematográficos, que sí supieron desplegar sus posibilidades dramáticas, aventureras e incluso placenteras (desde el puro jolgorio).

Naomi Ackie y Robert Pattinson, en 'Mickey 17', de Bong Joon-ho.

Por un lado, está el concepto de “los prescindibles” en la sociedad, que básicamente trabajan muriéndose una y otra vez, al encabezar las misiones más peligrosas. Por otro, emparentado con lo anterior, el de las copias humanas por medio de una suerte de impresora que, con los parámetros vitales guardados para cuando ese prescindible inevitablemente estire la pata, casi siempre del modo más violento, está presta para estampar un nuevo ser humano que en realidad es un clon del anterior. Como indica el título, el Mickey que interpreta Robert Pattinson es el número 17 de una serie que se prevé interminable, si no fuera porque este 17 sobrevive de forma sorprendente a una de sus acciones, y se acaba juntando con su propia versión genéticamente idéntica y posterior, la 18.

¿Posibilidades críticas sobre nuestro mundo? Muchas, desde el capitalismo a la inteligencia artificial pasando por la inmigración, el clasismo, la tiranía de las corporaciones, la explotación laboral y la bioética. Pero al director coreano se le va diluyendo su supuesta diatriba, ambientada en 2054, en una historia que, apostando por el tono desprejuiciado, está mucho más cerca de un mal episodio de Los juegos del hambre o del desbarre de David Lynch en su Dune de los años ochenta que de una pesadilla apocalíptica, por muy entretenida que pretendiese ser. Entre otras cosas porque no lo es en absoluto (que le sobra media hora sería decir poco), desviándose en algunas de sus subtramas hasta el desastre, sobre todo en esos casi 20 minutos dedicados a sonrojantes chistes sobre el trío amoroso sexual entre los dos mickeys y su novia, que parecen salidos de una cafre comedia universitaria estadounidense.

No pocos analistas hablarán de Donald Trump para emparentarlo con el villano de la película, interpretado con desfachatez pero sin gracia por Mark Ruffalo. Es normal. Ahora todos los mandatarios y plutócratas abyectos nos van a parecer Trump, pero los artistas se lo van a tener que currar mucho más en su concepción porque el presidente estadounidense va trágicamente por delante de todos ellos, tanto en el fondo como en las formas. Y hacer una sátira política sobre lo que ya posee, en sí misma, todos los elementos de las sátiras, va a resultar redundante e inservible, porque ya lo tenemos cada día en la triste realidad como la más vulgar exageración de lo que nunca pensamos que podría ocurrir.

Mickey 17

Dirección: Bong Joon-ho.

Intérpretes: Robert Pattinson, Naomi Ackie, Steven Yeun, Mark Ruffalo. 

Género: ciencia ficción. EE UU, 2025.

Duración: 137 minutos.

Estreno: 7 de marzo.

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