Ya, ni broncas...
Borja Ximelis escucha los tres avisos y Mario Navas deja detalles de calidad ante una mansa y floja novillada de Sánchez Herrero
En otros tiempos, el novillero Borja Ximelis se habría vuelto para Alicante calentito tras una bronca de órdago. Incapaz durante toda la lidia del cuarto novillo, Ximelis protagonizó un auténtico sainete a la hora de matar y escuchó los tres avisos.
Que te echen al corral un toro en Madrid. La mayor humillación para un torero. ¿O no? Vista la reacción del público, parece que ya no es para tanto. Apenas unos cuantos pitos, cuatro palmas de tango, y el silencio. Se acabó. A otra cosa. Tanto se ha desvirtuado la esencia de esta fiesta; tan nula es hoy la exigencia que ya, ni broncas...
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En otros tiempos, el novillero Borja Ximelis se habría vuelto para Alicante calentito tras una bronca de órdago. Incapaz durante toda la lidia del cuarto novillo, Ximelis protagonizó un auténtico sainete a la hora de matar y escuchó los tres avisos.
Que te echen al corral un toro en Madrid. La mayor humillación para un torero. ¿O no? Vista la reacción del público, parece que ya no es para tanto. Apenas unos cuantos pitos, cuatro palmas de tango, y el silencio. Se acabó. A otra cosa. Tanto se ha desvirtuado la esencia de esta fiesta; tan nula es hoy la exigencia que ya, ni broncas...
Ese cuarto, un toro con toda su barba, serio, como toda la novillada de los hermanos Sánchez Herrero, fue un manso al que intentaron masacrar en el caballo, pero que salió suelto, siempre distraído, y puso en serios aprietos a los banderilleros. Ximelis, que puso los palos en su primer turno, en este dijo que nanay y delegó en los subalternos. Incontables las pasadas y solo tres banderillas en lo alto.
Ximelis, que se había tirado 10 minutos dando pases al noble y blandísimo primero, se dio menos coba con este. Tres probaturas y a por la espada. Para qué disimular. La ambición y amor propio de un torero, sí señor. Y si por lo menos lo hubiera matado rápido y bien...
Tampoco fue la tarde del mexicano Eduardo Neyra, poco placeado y al que le tocaron en suerte un segundo manso que se movió a la defensiva, y un quinto tan noble como flojo y descastado.
Así pues, los únicos pasajes de cierta calidad llevaron la firma de Mario Navas. El vallisoletano dejó patente su buen concepto del toreo en varios lances sueltos con el capote y también con la muleta, como el genuflexo comienzo de faena al manso tercero, que embistió a arreones y sin clase. Tanta nobleza y clase como poca fuerza tuvo el sexto, frente al que dejó un ramillete de templados y bellos naturales carentes, claro, de emoción.
Hnos. Sánchez Herrero / Ximelis, Neyra, Navas
Novillos de Hnos. Sánchez Herrero, muy bien presentados y de juego desigual: muy nobles y blandos 1º, 5º y 6º; mansos y deslucidos el resto.
Borja Ximelis: —aviso— media estocada (silencio); pinchazo, estocada perpendicular —aviso—, pinchazo, estocada muy atravesada que hace guardia, dos descabellos —segundo aviso—, otros siete descabellos —tercer aviso— (leves pitos).
Eduardo Neyra: estocada desprendida (silencio); estocada desprendida (silencio).
Mario Navas: estocada atravesada que hace guardia y tres descabellos (leves palmas); dos pinchazos y estocada corta (palmas de despedida).
Plaza de toros de Las Ventas. Domingo, 14 de abril. Alrededor de un quinto de entrada (7.103 espectadores, según la empresa).