Roca Rey, pletórico y rotundo

El torero peruano eclipsa a sus compañeros ante una corrida de Jandilla muy toreable, pero de pocas fuerzas

Roca Rey aplaude a 'Leguleyo', un bravo toro en el tercio final que murió en los medios.Onetoro

El tercero de la tarde y Roca Rey desataron la locura en tarde de público festivo. Leguleyo era el toro de Jandilla, castaño, de 530 kilos, al que de entrada el diestro peruano toreó con la capa desde el tercio hasta el platillo. El tercio de varas fue un simulacro, pero en la muleta, a pesar de sus fuerzas justas, fue un gran toro. Fiel siempre al engaño, con fijeza, repitiendo, y de tirada larga al final de cada muletazo. La fiesta la completó Roca Rey, también fiel a su estilo. Dos cambiados por la espalda de rodillas e...

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El tercero de la tarde y Roca Rey desataron la locura en tarde de público festivo. Leguleyo era el toro de Jandilla, castaño, de 530 kilos, al que de entrada el diestro peruano toreó con la capa desde el tercio hasta el platillo. El tercio de varas fue un simulacro, pero en la muleta, a pesar de sus fuerzas justas, fue un gran toro. Fiel siempre al engaño, con fijeza, repitiendo, y de tirada larga al final de cada muletazo. La fiesta la completó Roca Rey, también fiel a su estilo. Dos cambiados por la espalda de rodillas en la boca de riego, y a partir de ahí la faena fue un carrusel de pases por uno y otro pitón. Unos de trazo largo y con mando, otros de galería, pero siempre un Roca en estado puro. El de Jandilla mostró sus cualidades, mientras que el espada peruano tampoco regateó esfuerzos. Entre lo ortodoxo y los efectos especiales, transcurrió una faena con la plaza enloquecida. El público pidió el indulto de Leguleyo y Roca, en pleno éxtasis general, se hizo el remolón a la hora de matar. Pero desde el palco le llegaba, una y otra vez, la orden de entrar a matar. Media con derrame fue suficiente. Locura colectiva al tiempo que a Leguleyo le daban la vuelta al ruedo.

Con la puerta grande ganada, Roca se fue a porta gayola a recibir de rodillas al sexto. Gesto de amor propio. A la larga cambiada siguió un ramillete de chicuelinas al gusto y clamor de la gente. Buen toro este de Jandilla, aunque de mitad faena en adelante amagara con buscar las tablas. No escatimó Roca esfuerzo. Y aunque las series no salieran del todo redondas, sí hubo muletazos embebiendo la embestida del animal. Sobre el pitón izquierdo del toro logró los momentos más lucidos. No faltaron los alardes, aunque en este toro no fueran tan luminosos como en el tercero. Y siempre la impronta de un torero pletórico y rotundo. Sin perder su personalidad.

Buen aire en el primero de la tarde, de correcta presentación, regordío también. Buen toro a pesar de estar muy medido de fuerzas y que pasó por el picador en silencio, como los que salieron después. Obediente y con fijeza, le dejó a Manzanares estar cómodo, sin excesivo compromiso también. Toda la faena cargada sobre el pitón derecho y un intento por la izquierda, por donde el toro ya no le dejó asentarse. Incluso sorteó un apuro cuando el de Jandilla se le vino encima por falta de gobierno. La última serie en redondo sobre la derecha tuvo mayor entidad, más ligada. Una estocada, contraria, baja y al encuentro, fue suficiente para que el público, de clavel y generoso esta tarde, le pidiera un trofeo. Y se lo dieron.

El cuarto apenas podía con su alma, y la faena de Manzanares fue un querer y no poder. Se le fue a la arena en cuanto le forzaba, y la cosa se dio sin pena ni gloria.

Tres faroles de pie fue el saludo de Talavante al segundo. Toro cortito de hechuras y muy justo de presencia. El tercio de varas fue el consabido simulacro, pero le dio tiempo a Roca Rey a usar su turno de quites: combinación llamativa de chicuelinas y tafalleras. A la muleta llegó el toro con la gasolina en reserva, y por mucho que le provocó Talavante, incluso de frente sobre la mano izquierda, la cosa no arrancó. El quinto fue el manso del día. Se marchó huido del caballo al sentir el hierro y en la muleta, arisco, de cabeceo defensivo y buscando las tablas no dejó asentarse a Talavante. La faena se convirtió en una pelea sin relieve. Y sin sentido.

Orejas para todos en la matinal

Por la mañana se celebró el tradicional festejo de rejoneo. Con buena entrada en los tendidos, se jugaron toros de Fermín Bohórquez, de buen juego. Sergio Galán, oreja y ovación; Lea Vicens, oreja y ovación; Guillermo Hermoso de Mendoza, ovación y oreja.

JANDILLA, VEGAHERMOSA / MANZANARES, TALAVANTE, ROCA REY

Toros de Jandilla y Vegahermosa (4º), justos de presentación y de pocas fuerzas. Colaboradores. Al tercero, de gran juego en la muleta, se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre.

José María Manzanares: estocada baja y contraria al encuentro (oreja); pinchazo y estocada (silencio).

Alejandro Talavante: estocada trasera y tres descabellos (silencio); pinchazo, estocada trasera y descabello (silencio).

Roca Rey: _aviso_ media con derrame (dos orejas); más de media _aviso_ (oreja). Salió a hombros.

Plaza de Valencia. 17 de marzo. Séptima corrida de Fallas. Lleno total.

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