Un ‘picasso’ subastado por Sotheby’s en Nueva York se convierte en la segunda obra más valiosa del artista
El óleo, un retrato cubista de 1932 de su amante y musa Marie-Thérèse Walter, supera los 139 millones de dólares
La temporada de otoño de subastas de Nueva York ha arrancado fuerte, pese a que el listón de récords del año pasado parecía imbatible. Un cuadro de Picasso titulado Femme à la montre superó los 139 millones de dólares (129 millones de euros) en la noche del miércoles, convirtiéndose en la segunda obra más valiosa del artista vendida en una subasta. El óleo, de 1932, fue el protagonista de la venta de la colección privada de la filántropa Emily Fisher...
La temporada de otoño de subastas de Nueva York ha arrancado fuerte, pese a que el listón de récords del año pasado parecía imbatible. Un cuadro de Picasso titulado Femme à la montre superó los 139 millones de dólares (129 millones de euros) en la noche del miércoles, convirtiéndose en la segunda obra más valiosa del artista vendida en una subasta. El óleo, de 1932, fue el protagonista de la venta de la colección privada de la filántropa Emily Fisher Landau, que se celebra durante dos días seguidos en la casa Sotheby’s de Nueva York. La pintura representa a Marie-Thérèse Walter, amante y musa del artista malagueño, retratada en muchas de sus obras.
Fisher Landau murió a comienzos de año, a sus 102, dejando tras de sí una apabullante colección de 120 piezas de arte moderno y contemporáneo que incluye obras de Mark Rothko, Andy Warhol, Willem de Kooning y Georgia O’Keeffe. El precio de remate del conjunto puede superar los 400 millones de dólares, según la casa de subastas. Junto con el picasso, en la primera puja se vendieron una de las icónicas pinturas de la bandera estadounidense de Jasper Johns, que alcanzó 41 millones de dólares, y un óleo de Ed Ruscha blasonado por la palabra Boss (jefe, en inglés), por 39,4 millones.
Picasso es un habitual de las grandes subastas neoyorquinas, pero este año, en el que se celebra el 50º aniversario de su muerte, su legado resuena con más fuerza. El cuadro pertenece a uno de los años más prolíficos de la carrera del artista español. “Femme à la montre de Picasso es una obra maestra por donde se la mire. Pintada en 1932 —el annus mirabilis del artista―, está llena de alegría y pasión, pero al mismo tiempo es absolutamente meditada y resuelta. Sus atrevidos colores primarios cantan desde un lienzo de metro y medio de altura”, explicó en la presentación a la prensa Julian Dawes, jefe de arte impresionista y moderno de Sotheby’s para las Américas. El año citado, conocido también como el año erótico del artista, fue tan clave en la carrera de Picasso que se le dedicó una exposición monográfica, organizada en 2018 por la Tate Modern de Londres.
El año pasado, el cuadro más curioso de Picasso sobre Walter, en el que esta aparece como una criatura marina con tentáculos, se vendió por 67,5 millones de dólares, también en la sede neoyorquina de Sotheby’s. El récord logrado por un Picasso se registró en 2015, con la versión O de Les femmes d’ Alger, subastado en Christie’s por 179,4 millones de dólares, en aquel momento el precio más alto pagado por una obra de arte en una subasta.
En las salas de la sede de Sotheby’s en el exclusivo Upper East Side de Nueva York, repartidas a lo largo de siete pisos, se oía estos días hablar mucho castellano de América; la oferta de numerosos Boteros (varias de sus reconocibles esculturas y algún óleo de gran tamaño) y una amplia selección de obras de artistas latinoamericanos, además de innumerables dibujos de Picasso, atraían la atención de un segmento de la clientela internacional cada vez más pujante en las subastas. También había asiáticos, que acaparan el mercado del arte tras la retracción de los rusos por las sanciones y la guerra de Ucrania. Una sala entera dedicada a los impresionistas completaba el recorrido por las obras.
Los inicios de Fisher Landau como coleccionista se remontan al cobro de un seguro tras un robo a mano armada en su casa de Nueva York en 1969. La filántropa se refería al episodio como el punto de inflexión que desvió su atención de su colección de joyas robadas a la pintura. “Aunque Lloyd’s de Londres [compañía aseguradora] pagó, no había forma de reemplazar la colección. Era tan hermosa. Y se la llevaron de un plumazo... Me quedé destrozada. Pero decidí que ya no quería más joyas. Ahora tenía el capital inicial para empezar una colección” de arte, explicó la mujer en una entrevista, recogida en el catálogo de Sotheby’s.
La temporada de otoño de Sotheby’s se compone de ocho subastas, empezando por la venta de dos días de la colección Fisher Landau. Hasta el 16 de noviembre, la casa liquidará, entre otras, una colección de arte moderno con un maravilloso y onírico chagall como plato fuerte, el próximo lunes, y una velada dedicada al arte contemporáneo con un autorretrato de Basquiat con un precio de salida de 40 millones de dólares. Además de pintura y escultura, las ventas también incluyen una subasta de un lote único de un Ferrari GTO de 1962, que, con una estimación superior a 60 millones de dólares, podría convertirse en el ferrari más valioso jamás vendido en subasta.