Gran novillada de El Freixo, con dos novillos de vuelta al ruedo
Solo el valenciano Nek Romero fue capaz de cortar una oreja
A los tres novilleros de la tercera de Fallas se lo pusieron como ellos seguro habían soñado: en Fallas y una novillada de lujo, de El Freixo, propiedad de El Juli. Gran lote el enviado a Valencia, con dos novillos extraordinarios, tercero y sexto, dos muy aprovechables, y uno, el quinto, que fue la oveja negra de la familia. Y el de La Cercada, que abrió plaza, bueno también. Novillada para encumbrar a los novilleros, pero la cosa no acabó como debía. Y de un botín importante de orejas que la tarde podía haber sumado, solo una...
A los tres novilleros de la tercera de Fallas se lo pusieron como ellos seguro habían soñado: en Fallas y una novillada de lujo, de El Freixo, propiedad de El Juli. Gran lote el enviado a Valencia, con dos novillos extraordinarios, tercero y sexto, dos muy aprovechables, y uno, el quinto, que fue la oveja negra de la familia. Y el de La Cercada, que abrió plaza, bueno también. Novillada para encumbrar a los novilleros, pero la cosa no acabó como debía. Y de un botín importante de orejas que la tarde podía haber sumado, solo una. Novillada de puerta grande para los tres espadas, que no fueron capaces de abrirla.
El único que rozó el éxito grande fue el valenciano Nek Romero, pero la espada, sobre todo en el tercero, restó y dejó el triunfo en tono menor. Un gran novillo fue el tercero de la tarde, bravo para el caballo y de gran fijeza y recorrido: un espectáculo, sin duda. Delante de él, un torero novel, debutante con caballos en Valencia, procedente de la Escuela de Tauromaquia. Le plantó cara el joven espada y, sobre todo, lo toreó bien sobre la mano derecha. Desde los iniciales doblones hasta los finales a una mano, la faena tuvo contenido y continente, aunque en el toreo al natural no terminara de cogerle el ritmo al novillo. Pero contó y mucho la faena en su conjunto. Donde se afligió fue a la hora de manejar la espada. El triunfo se fue al garete. Este novillo de bandera cogió al banderillero Raúl Blázquez, al salir de un par de banderillas.
Y otro de igual guisa, el sexto. Precioso, colorado, largo y que se plantó desafiante en la arena nada más salir. También se empleó en varas, y a la muleta llegó en condiciones ideales. Romero abrió la faena con dos estatuarios y el remate improvisado de un cambiado por la espalda. A partir de ahí, la labor se desenvolvió larga y con argumentos. La bravura del novillo no se había gastado y duró lo que duró la larga faena. El buen concepto del novillero se desprendió en cada serie, alguna no completa o no rematada. Pero el conjunto tuvo entidad, aunque demasiada larga. Tanto metraje le pasó factura a la hora de matar, cuando el novillo tardó en cuadrar.
Después de salir de un puyazo, el primero de la tarde se pegó un volantín monumental. Buena condición tenía ese novillo, pero quedó marcado para el tercio final. Llegó algo rebrincado, pero con vocación de tomar la muleta. Un puesto y seguro Víctor Hernández lo trató con suavidad, pero un tanto encimista. Mejor toreado sobre la mano derecha y sin cogerle el aire por el lado izquierdo. Y escasa reacción del tendido, mientras la música sonaba sin parar, sin ton ni son.
En la tónica de la novillada de El Freixo, el cuarto fue otro que se ofreció sin condiciones. Pero tampoco cuajó Víctor Hernández, que empezó de rodillas con un pase cambiado por la espalda. Las dos primeras tandas con la mano derecha tuvieron son, pero fue un amago de faena. Como muy sobrado delante del novillo, pero sin terminar de rematar los muletazos. Otra vez muy de cerca, agobiando, la faena fue perdiendo peso. Los rodillazos finales fueron oropel, como buscando desesperadamente cortar las orejas de un novillo que mereció mucho más.
Los doblones toreros que le dio Álvaro Burdiel al segundo perecían preludio de algo importante. Pero tampoco la cosa repuntó. Una primera tanda en redondo, con el novillo bien toreado, subió enteros. Pero el asunto no tomó cuerpo en el toreo al natural. Muy de cerca, el novillo acabó como topando en la muleta. Una labor que no terminó de arrancar, venida a menos.
La condición del quinto fue la excepción al gran lote de El Freixo. Un colorado, que por tres veces fue al caballo y por tres veces se salió suelto. De embestida brusca, sin entrega, tuvo delante a un Burdiel que puso voluntad, pero que no se aclaró con su oponente. Muy ligero en los muletazos, algún tirón que otro, poco centrado, y la música sonando sin motivo. Tras una estocada baja, una vuelta al ruedo sin entidad.
LA CERCADA, EL FREIXO / HERNÁNDEZ, BURDIEL, ROMERO
Novillos de El Freixo y La Cercada (1º), de correcta presentación y de muy buen juego en general. Al tercero y sexto, bravos, con recorrido y gran fijeza, se les dio la vuelta al ruedo. Se emplearon en varas, menos el manso quinto.
Víctor Hernández: estocada pasada (saludos); pinchazo y estocada (vuelta al ruedo).
Álvaro Burdiel: estocada (saludos); estocada baja (vuelta al ruedo).
Nek Romero: tres pinchazos -aviso-, dos más y descabello (saludos); -aviso- pinchazo y estocada trasera (oreja).
El banderillero Raúl Blázquez fue asistido en la enfermería de traumatismo torácico, con luxación completa de la clavícula derecha, varetazo y hematoma en región dorsal derecha. Pronóstico reservado, pendiente de estudio.
Plaza de Valencia. 14 de marzo. Tercer festejo de Fallas. Menos de media entrada.