Cuatro décadas sosteniendo el mito
A pesar de su desaparición hace 40 años, los fans de ABBA han seguido fieles al grupo, que ahora regresa con un nuevo trabajo
El grupo sueco más famoso del mundo es también uno de los más relevantes de la historia de la música de las últimas décadas. ABBA tuvo una corta vida en activo, desde 1972 a 1982, pero fueron tal torbellino musical que 40 años después siguen haciendo bailar a varias generaciones con sus canciones. No es una forma de hablar, un dato de ejemplo: la canción ‘Sleeping With My Fingers’, grabada en 1981, ha sido tendencia en la red social Tiktok este año. A finales de 2021 ABBA reapareció con el que será, aseguran, su último disco y con un espectáculo: ‘Voyage’. Los miembros del grupo —Agnetha Fälts...
El grupo sueco más famoso del mundo es también uno de los más relevantes de la historia de la música de las últimas décadas. ABBA tuvo una corta vida en activo, desde 1972 a 1982, pero fueron tal torbellino musical que 40 años después siguen haciendo bailar a varias generaciones con sus canciones. No es una forma de hablar, un dato de ejemplo: la canción ‘Sleeping With My Fingers’, grabada en 1981, ha sido tendencia en la red social Tiktok este año. A finales de 2021 ABBA reapareció con el que será, aseguran, su último disco y con un espectáculo: ‘Voyage’. Los miembros del grupo —Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus, Benny Andersson y Anni-Frid Lyngstad — vieron este concierto desde sus asientos, como el resto de asistentes. Quienes actuaron fueron sus avatares. Han sido sus fans los que han posibilitado este regreso, pues los han mantenido de moda durante sus cuatro décadas de ausencia.
ABBA se lanzó con su primer sencillo, ‘People Need Love’, en 1972. Su configuración casi fue una casualidad. No tenían pensado formar un cuarteto, sino más bien un dúo masculino, pero el éxito de este tema y las voces de sus parejas dieron como resultado ABBA, el acrónimo de sus miembros.
Pronto se hicieron populares en Suecia y algunos países europeos. Fue solo un año después cuando Helga van de Kar (Roosendaal, Países Bajos, 56 años) escuchó a ABBA por primera vez. Cuenta que lo suyo fue un flechazo a primera escucha. Nunca olvidará el primer álbum que se compró, que tan solo tenía dos canciones, una por cada cara. Lo adquirió por el tema ‘Love Isn’t Easy’, un sencillo que se lanzó solo en algunos países en Europa. Se convirtió en su tema favorito durante mucho tiempo. “La primera canción de la que me enamoré”, relata por teléfono.
Van de Kar viajó hace poco más de una semana a Londres para disfrutar del estreno del espectáculo ‘ABBA Voyage’. Incluye canciones de su último disco, el número nueve, de igual nombre. Nació durante la pandemia y, aunque pretendía ser solo un par de canciones, finalmente ha resultado un trabajo de 10 temas. Uno de ellos, ‘I Still Have Faith in You’ les proporcionó una nominación a los Grammy en la categoría de mejor grabación del año. Aunque parezca extraño, es la única en la historia de la banda.
Sobre el escenario de ‘ABBA Voyage’, que estará activo varias semanas, los “ABBAtares”, como los han bautizado los fans, recrean a los miembros del grupo rejuvenecidos mientras presentan las nuevas canciones. “Es como sentirse joven de nuevo; como cuando eras un niño al ver un videoclip por primera vez”, explica Van de Kar.
Comparte la ilusión María Jesús Medina (Madrid, 57 años) que también ha disfrutado del concierto. Las dos eligen una palabra: magia. Es el resumen de lo que vivieron y de la conexión que sienten con el grupo. Medina cuenta que ella se enganchó a ABBA tras la actuación en Eurovisión que en 1974 les dio la fama internacional. Enfundados en terciopelo y raso ganaron con el tema ‘Waterloo’. “No sabía quiénes eran, tenía 9 o 10 años, pero su música me cautivó”. Poco después su padre le regaló ‘Fernando’. Se lo ofreció la dependienta de la tienda de música al pedirle “algo actual”. Medina recuerda que los reconoció al instante: “No había mucha información de música extranjera en España, pero sabía que eran los mismos que habían ganado Eurovisión”. Le pidió entonces a su padre que le regalase también un trabajo de grandes éxitos que ella sabía que existía. Así lo hizo. Lo obtuvo en casete. “A partir de ahí la cosa fue creciendo y creciendo, mis compañeros de colegio me recortaban las portadas de revistas donde salían, los artículos que hablaban de ellos...”.
La explosión del fenómeno ABBA llevó al cuarteto sueco a Australia o Japón. Vendieron más de 500 millones de discos. También dieron el salto a Latinoamérica. En su Argentina natal los descubrió Daniel Mejías, que recuerda que tenía unos 12 años cuando escuchó ‘Chiquitita’ en el cumpleaños de un amigo. Todavía sin internet, llamaron a la discográfica y se presentaron diciendo que habían fundado un club de fans. Allí les estregaron varias bolsas de basura repletas de cartas de seguidores. Así, “como un juego”, comenzaron a contestar las misivas, acudían a programas especiales de televisión sobre la banda...
Pasaron los años y ese grupo se integró en la organización de fans internacional de ABBA, a la que pertenece también Medina y que dirige Van de Kar. “Empezar el club den 1986 es lo más importante que he hecho en mi vida”, asevera la holandesa. Al principio de su ‘Abbamanía’ los cuatro primeros años, Van de Kar se reunía con otros fans en pequeños encuentros. Pronto, y por su popularidad creciente, tuvieron que dejar de verse, al menos de aquel modo informal. Fue el momento de constituir el club: “Era una pena perder el sentimiento de grupo que se había creado en esos encuentros; ABBA se mostró muy participativa en la idea y la conexión con ellos se hizo más y más grande”. El club oficial de fans había nacido. La presidenta del club dejó su trabajo en 1997 para dedicarse a esta organización en exclusiva: “Fue lo mejor que me ha pasado en la vida”. Ahora que la organización ha cumplido 36 años une a más de 3.500 fans de diferentes países.
Amantes de ABBA como ellos albergan un conocimiento sobre el grupo tan profundo que no se queda en cantar sus letras o repetir datos biográficos, sino también coreografías o vestuario. Por eso no se les ha escapado que el espectáculo ‘Voyage’ ha renovado todos estos aspectos. Medina apunta un detalle: “Hubo algo que me gustó especialmente, había algunos pequeños errores de coordinación en las coreografías y creo que lo han dejado a propósito para que pareciera más natural”. El perfeccionismo que identifica en el grupo le hace afirmar que no puede ser un despiste. Medina aplaude también cómo los avatares interactúan con el público, haciéndole partícipe con guiños que invitan a bailar y cantar. Mejía, buen conocedor del mundo del espectáculo, alaba la cohesión del montaje, su espectacularidad y coherencia con el título ‘Voyage’. Confiesa que durante el concierto lloró “como no hacía desde que era pequeño” al ver a los cuatro miembros juntos, aunque fuera de manera virtual: “No podía parar y, como yo, un montón de gente; fue muy especial”. Medina confirma que hasta ese día no comprendía a los fans que lloraban al ver actuar a sus ídolos. “Ahora sí”.
Separados, no desaparecidos
ABBA se evanesció en 1982. No ofrecieron una comunicación formal, simplemente se diluyeron. El año 1981 fue determinante en este final. Björn se casó con Lena Källersjö y Benny y Frida se separaron. Aunque anunciaron que esto no acabaría con la formación y siguieron trabajando un tiempo, lo que iba a ser un descanso temporal cuajó como su fin. Muchos de sus fans, como Mejía, Medina y Van de Kar, no llegaron a ver nunca en directo al cuarteto. O al menos, no junto, porque todos se han movilizado en más de una ocasión para conocer a sus ídolos.
El primer encuentro que Van de Kar tuvo con un miembro de ABBA fue con Frida. Llegaba a Holanda para participar en un programa de televisión y no dudó en ir a verla a su llegada al aeropuerto. Desde entonces, sus encuentros con el grupo rozan el medio centenar: conciertos, previas, estrenos de musicales o de cine como los de ‘Mamma Mia!’. “Saben quiénes somos, nos invitan”. Recuerda especialmente cuando Benny y Björn celebraron en 2016 que llevaban 50 años componiendo juntos. Entonces hicieron una fiesta privada con amigos y artistas. Ellos estaban también entre los invitados. “Fue muy especial. Fuimos a la fiesta y nos abrieron la puerta ellos mismos”.
Medina también los ha visto en varias ocasiones. Recuerda, como anécdota, que acudió al estreno del musical ‘Mamma Mia!’ en Madrid y, por culpa del tráfico llegaba más tarde de lo que quería, pero gracias a eso coincidió en la alfombra roja con Frida. Mejía era el jefe de prensa de ese espectáculo —que se reestrena este octubre con novedades— . Frida fue la primera de los invitados de ABBA en llegar, así que la acompañó a una sala y le preguntó si quería tomar algo: “Me dijo que champán, así que cogí dos copas, las serví y estuvimos hablando; no recuerdo ni de qué porque estaba muy nervioso”.
Guarda una foto de aquel momento, como tantas otras que se suman a entradas, discos y objetos, algunos de ellos firmados. Los tres atesoran una pequeña colección física y de recuerdos a la que ahora suman el concierto de Londres, del que resaltan el trato “exquisito” que recibieron de ABBA. “Eso es lo que realmente los diferencia de otros”, destacan. “La magia” de su música y “su cercanía”. Ellos han mantenido el mito de ABBA vivo y el grupo siempre se lo ha recompensado.