Poco trapío y mucha vulgaridad en el inicio de Vic-Fezensac

Ferrera y López Chaves desperdician una manejable corrida de Valdellán

López Chaves torea sobre la mano derecha a uno de los toros de Valdellán.Fernando García

Bajo una intensa lluvia que comenzó a caer ya al final de la tarde, Antonio Ferrera y Domingo López Chaves abandonaron, calados y a pie, la plaza de toros de Vic-Fezensac al término del segundo festejo de su tradicional Feria del Toro. Toro, con mayúsculas, aquí sí. O no, si tenemos en cuenta algunos de los astados que saltaron al ruedo en la primera de las tres jornadas organizadas por el Club Taurino de esta pequeña localidad francesa.
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Bajo una intensa lluvia que comenzó a caer ya al final de la tarde, Antonio Ferrera y Domingo López Chaves abandonaron, calados y a pie, la plaza de toros de Vic-Fezensac al término del segundo festejo de su tradicional Feria del Toro. Toro, con mayúsculas, aquí sí. O no, si tenemos en cuenta algunos de los astados que saltaron al ruedo en la primera de las tres jornadas organizadas por el Club Taurino de esta pequeña localidad francesa.

En Vic manda el toro. Y los aficionados. O al menos así fue siempre. De ahí que este municipio de poco más de 3.000 habitantes congregue, cada año, a miles de aficionados venidos de todos los rincones de España y Francia. Apasionados a la tauromaquia de siempre: la del toro serio, íntegro y encastado, y la del torero heroico y valiente.

Por eso, resulta verdaderamente preocupante la presentación de algunos de los toros de Valdellán y otros tantos novillos de Raso de Portillo lidiados ayer sábado. Animales muy terciados de cara e, incluso, sospechosos de pitones. Inadmisible.

Primero, tercero y sexto, en tipo, astifinos, serios, pero sin exageraciones —el encaste Santa Coloma nunca se ha caracterizado por unas excesivas defensas— fueron la cara de una corrida que sorteó otros tres ejemplares de muy escaso trapío. Y si desigual fue en su presentación, igualmente se comportó en el caballo. Un primer tercio que, aquí en Vic, y al contrario de lo que ya sucede en la inmensa mayoría de plazas españolas, sigue siendo sagrado. Hasta quince puyazos tomaron los de Valdellán. Colocados de largo, acudieron con mayor o menor convicción, pero sólo el sexto apretó y se quedó bajo el peto. Los demás, antes o después, se repucharon y salieron sueltos.

Después, en la muleta, resultaron manejables. En exceso, quizás. Fue el caso del segundo, cuarto y quinto, tan nobles, como sosos. Interesante fue el último, que tuvo el defecto de soltar la cara al final del muletazo, desluciendo en muchos momentos la labor de su matador. El más encastado, el tercero, de gran transmisión, repitió y humilló. Y el peor fue el manso y muy deslucido primero.

Una corrida para disfrutar toreando que, sin embargo, se fue con las orejas intactas al desolladero. Cerca estuvo de pasear un trofeo López Chaves, al que se vio muy a gusto frente al nobilísimo cuarto, de gran clase, pero escaso poder y casta. Las tandas que ejecutó sobre ambas manos, templadas, a media altura y sin el esperado ajuste, fueron muy aplaudidas, pero el salmantino no rubricó la obra con la espada y se tuvo que conformar con dar una vuelta al ruedo tras pinchazo y bajonazo.

Ese fue precisamente el otro protagonista de la tarde: el reiterado y vergonzante fallo con los aceros. ¡Qué mítines dieron con la espada los dos jovenzuelos!

Sobre todo, Ferrera, que se tiró siempre a los blandos sin la más mínima contemplación. Una actuación penosa, también con capote y muleta. ¡Vaya recital de tirones, trapazos y ventajismo!

Y aquí es donde uno se plantea la pregunta del millón: ¿a qué cuento venía este mano a mano?

Un gran novillo de Raso de Portillo en el festejo matinal

La Feria del Toro de Vic se abrió por la mañana con una novillada de Raso de Portillo muy justa de presentación (el 2º era de cárcel), pero que lidió un gran utrero en sexto lugar. Paletista-33, con el hierro de El Quiñón, y justamente el de mejor y más cuajada estampa, acudió de largo al caballo hasta en cuatro ocasiones, empujó con los riñones y dio un notable juego en el tercio final.

Un novillo muy completo al que se premió con la vuelta al ruedo en el arrastre y que dejó al descubierto todas las carencias artísticas del novillero José Rojo. Él, al igual que sus compañeros, Cristian Pérez y Diego Peseiro, pusieron voluntad, pero no anduvieron a la altura de sus oponentes. Sobre todo, y al igual que Ferrera y López Chaves horas después, con los aceros.

VALDELLÁN / FERRERA, LÓPEZ CHAVES

Toros de Valdellán, desiguales y algunos muy justos de presentación o mal presentados; de desigual comportamiento en los caballos, y nobles y manejables en conjunto. Destacó el 3º por su casta y transmisión.

Antonio Ferrera: dos pinchazos y media estocada muy baja y atravesada (silencio); tres pinchazos, estocada corta atravesada, un descabello -aviso- y cuatro descabellos más (leves pitos); bajonazo (leves pitos).

López Chaves: estocada baja (saludos); pinchazo y bajonazo (vuelta); pinchazo y bajonazo atravesado (aplausos de despedida).

Plaza de toros de Vic-Fezensac. 2ª de la Feria del Toro. 4 de junio. Más de tres cuartos de entrada.

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