El novillero gravemente herido en Vistalegre reaparece este sábado en Cazorla
Manuel Perera sufrió el 17 de mayo dos cornadas de 30 y 40 centímetros, en la zona abdominal
El novillero Manuel Perera (Villanueva del Fresno, Badajoz, 2001), herido de carácter muy grave el pasado 17 de mayo en la feria de San Isidro celebrada en la plaza madrileña de Vistalegre, reaparecerá este sábado, 12 de junio, en Cazorla (Jaén), en el Circuito de Novilladas de Andalucía, organizado por la Fundación Toro de Li...
El novillero Manuel Perera (Villanueva del Fresno, Badajoz, 2001), herido de carácter muy grave el pasado 17 de mayo en la feria de San Isidro celebrada en la plaza madrileña de Vistalegre, reaparecerá este sábado, 12 de junio, en Cazorla (Jaén), en el Circuito de Novilladas de Andalucía, organizado por la Fundación Toro de Lidia (FTL).
El torero, de 19 años, fue cogido por su primer novillo en la suerte suprema y le infirió dos cornadas en el vientre, de 30 y 40 centímetros, con evisceración de los intestinos, que fueron calificadas como muy graves por el equipo médico que lo atendió en la enfermería. Fue ingresado en el Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, donde recibió el alta siete días después. Desde entonces, está plenamente dedicado a su rehabilitación, con sesiones diarias de fisioterapia, y, desde hace varios días, torea de salón. El miércoles se probó en el campo, junto a su apoderado, el también torero Juan José Padilla.
En declaraciones a la FTL, Perera afirma: “Todavía tengo tirantez en la zona del abdomen, pero me siento cada día más fuerte”, a pesar de que él mismo ha contado los 90 puntos que tiene entre las dos cicatrices. “La ilusión posibilita una recuperación más rápida. Mentalmente, me siento más fuerte que en Vistalegre”.
El novillero añade que no recuerda con detalle la cogida. “Solamente que me agarré con la mano las tripas, el paquete intestinal, pero lo hice por instinto, porque en ese momento no sentí nada. La cornada sé que pasó, pero no le presto mucha atención, porque es algo por lo que tenemos que pasar todos los que queremos ser toreros”. “Los primeros días en el hospital fueron muy duros, con muchos dolores”, rememora el torero; “los intestinos no me funcionaban y vomitaba bilis. Me pusieron una sonda nasogástrica y no la aguanté; fueron jornadas complicadas”.
Manuel Perera sufrió en enero de 2019 un accidente de tráfico que le produjo graves lesiones craneales, y le tuvieron que implantar placas de titanio en la cabeza, que le impiden torear con la montera puesta.
Sobre este episodio de su biografía, el torero comenta: “La vida me ha dado muchos palos; después del accidente no tenía equilibrio, me caía, carecía de estabilidad, y todavía sigo teniendo dolores de cabeza. Pero estas situaciones tan complicadas me han hecho más fuerte y dar importancia a las cosas que realmente la tienen. Me ha cambiado la filosofía de vida. Estamos de paso y hay que vivir cada día al máximo. Sinceramente, y aunque suene raro, estoy agradecido a lo que me ha sucedido, porque gracias a ello han llegado cosas mejores”.
Perera no pudo actuar el 29 de mayo en la plaza de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde estaba anunciado en el primer festejo del Circuito de Novilladas organizado por la FTL. La cita se pospuso al 12 de junio, en la localidad jienense de Cazorla. Allí, cinco días antes de que se cumpla un mes de su grave cogida en Vistalegre, hará el paseíllo junto a Miguel Polope y Christian Parejo, que debutará con picadores. Los tres lidiarán novillos de Martín Lorca-Escribano Martín y El Cotillo-Hnos. Collado Ruiz.