Elisabet Benavent: “No soy de las que piensa si puedes soñarlo, puedes hacerlo”
La escritora presenta su última novela, ‘El arte de engañar al karma’, a un grupo de lectores del diario
Han pasado solo ocho años desde que Elisabet Bevanet (37 años, Valencia) publicó su primera novela, pero desde entonces le han seguido 22 más. En la última, El arte de engañar al karma, retrata el amor de una manera “más realista” porque quería dejar atrás los flechazos de sus anteriores historias, la idea de que dos amantes se entiendieran con solo mirarse a los ojos porque, asevera, “el problema del amor es que a veces dos personas se quieren mucho, pero no se entienden”. La escritora, que ha vendido tres millones de ejemplares de sus libros, presentó este último a un grupo de lectore...
Han pasado solo ocho años desde que Elisabet Bevanet (37 años, Valencia) publicó su primera novela, pero desde entonces le han seguido 22 más. En la última, El arte de engañar al karma, retrata el amor de una manera “más realista” porque quería dejar atrás los flechazos de sus anteriores historias, la idea de que dos amantes se entiendieran con solo mirarse a los ojos porque, asevera, “el problema del amor es que a veces dos personas se quieren mucho, pero no se entienden”. La escritora, que ha vendido tres millones de ejemplares de sus libros, presentó este último a un grupo de lectores del diario, en un encuentro virtual exclusivo integrado en el programa de actividades de EL PAÍS +.
Ha sido difícil, confesó Benavent, escribir durante la pandemia. Los meses de encierro se quedó paralizada “como una ardilla delante de los faros de un coche” y tuvo que luchar contra una voz que le decía: “No vas a poder”. Crear un mundo en el que no existía el coronavirus le resultaba imposible. La realidad le requería toda su atención. Pero llegaron las primeras salidas y con ellas, los amigos, Madrid y la inspiración. “Me di cuenta de que soy una escritora social”, concedió.
Así se puso manos a la obra y se enfrentó “a la nada” que para ella es escribir. Cada inicio de libro se pregunta lo mismo: “¿Cómo pude hacerlo la última vez?” Pero cuando se mete en faena, los personajes empiezan a caminar. En esta novela ha nacido Catalina, una mujer, cerca de los 30 años, que quiere ser actriz y en cuya vida se cruzan los cuadros de su tía abuela fallecida. Además de los ingredientes Benavent, amor, humor y sexo, en esta novela profundiza en la búsqueda de los sueños y vocaciones. “No soy de las que cree si puedes soñarlo, puedes hacerlo”, apunta, pero sí que advierte que, a veces, estamos tan obcecados en algo que no vemos las posibilidades que nos estamos perdiendo o que todavía no es el momento de lograr lo que ansiamos.
Para ejemplo, ella. Llegó a Madrid para estudiar la carrera de Comunicación Audiovisual, pero antes de finalizarla, que lo hizo, ya se dio cuenta de que aquello no era lo suyo. Le gustaba el arte. Empezó un máster y un trabajo. La crisis financiera la encontró en una oficina que no le gustaba y mal pagada, pero una vocación que había estado ahí, pero en la que no había creído, la rescató. En los zapatos de Valeria, su primer libro, fue un éxito. Benavent ya está trabajando en la segunda temporada de la serie de Netflix que la adapta.
Aquel máster en arte le ha servido para dar profundidad a El arte de engañar el karma. Aunque el espacio de aquellos conocimientos académicos está ahora ocupado “por canciones de Becky G”, Benavent ha aprovechado esta novela para desempolvarlos y ampliarlos, recodando así otra de sus pasiones.
Le puso punto y final a la novela durante el segundo encierro que vivió Madrid, el que provocó el temporal Filomena el pasado enero. “Alivio”, es lo que sintió al concluir la obra, por el esfuerzo que le ha costado crearla y por lo que se ha contado a sí misma en ella. “Muchas veces no somos conscientes de la cantidad de cosas que nos dejamos para nosotros mismos cuando escribimos hasta que nos revisamos. De repente lees el texto y dices ‘¡bua! Esto ha picado, esto duele’ y es porque te lo dejaste para ti, o porque estabas en proceso de aprenderlo o porque ya te lo veías venir, porque la historia se convierte en una especie de camino paralelo a tu vida”.