Sonia Pulido recibe el Premio Nacional de Ilustración
Autora de libros ilustrados y novelas gráficas, ha mostrado su trabajo en galerías y publicado en medios nacionales e internacionales
Su versatilidad es una de las características que el jurado del premio Nacional de Ilustración ha querido enfatizar al anunciar el fallo del premio Nacional de Ilustración 2020. Y es que el trabajo de Sonia Pulido (Barcelona, 47 años) está en librerías, quioscos y galerías desde hace más de una década. La dibujante catalana es autora de libros ilustrados y novelas gráficas, —la más recientemente publicada ha sido una compilación de todos los cuentos de Montserrat Roig—; ha realizado portadas, carteles o campañas publicitarias; y sus dibujos han aparecido en publicaciones internacionales como ...
Su versatilidad es una de las características que el jurado del premio Nacional de Ilustración ha querido enfatizar al anunciar el fallo del premio Nacional de Ilustración 2020. Y es que el trabajo de Sonia Pulido (Barcelona, 47 años) está en librerías, quioscos y galerías desde hace más de una década. La dibujante catalana es autora de libros ilustrados y novelas gráficas, —la más recientemente publicada ha sido una compilación de todos los cuentos de Montserrat Roig—; ha realizado portadas, carteles o campañas publicitarias; y sus dibujos han aparecido en publicaciones internacionales como The Wall Street Journal, Columbia Journalism Reviw, New Yorker o The New York Times. El galardón, dotado con 20.00 euros, quiere premiar “su estilo personal, entre la potencia y la fragilidad, con una estética que no solo bebe de referentes del pasado, sino que es totalmente contemporánea”, como apunta la nota enviada a la prensa tras anunciarse el fallo.
Pulido ha recibido la noticia en su casa de Barcelona, trabajando en el ordenador, ultimando un encargo que debe entregar a mediados de mes y que se sale de lo que suele hacer, pero del que no quiere dar más detalles. “He sido jurado del premio Nacional en un par de ocasiones y sé cómo se falla. Es el reconocimiento de los colegas, por eso me hace especial ilusión”, explicaba la dibujante en conversación telefónica unas horas después de recibir la noticia que, añadía, ha sido una absoluta sorpresa. “Esto es algo que te hace retomar las ganas de seguir dibujando”.
El jurado, que ha estado presidido por María José Gálvez Salvador, directora general del Libro y Fomento de la Lectura, ha contado con representantes de las asociaciones profesionales de ilustradores de Cataluña, Valencia, Madrid, Euskadi, Galicia; y de la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales, y el Centro de Estudios de Género de la UNED; así como con Víctor Nieto Alcaide, por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Xosé Antonio Perozo Ruiz, por la Organización Española para el Libro Infantil, el dibujante Peridis y Francisco Javier Giménez Ortega, premiado en 2019.
Confiesa Pulido que ahora el premio se lo dedica a sí misma “por las muchas noches que he pasado hasta las tantas y fines de semana trabajando”. Formada en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, “en unos años en los que la ilustración era una optativa y aún había esa diferenciación entre artes mayores y menores”, en 2002 ganó el certamen de ilustración Injuve, y arrancó su colaboración con El País Semanal. “Hay mucho talento en maneras muy distintas de pensar gráficamente”, apunta y a continuación menciona a Luci Gutiérrez, Riki Blanco, Javier Jaén o la veterana Ana Juan que “marcó a toda una generación”.
Pulido publicó su primera novela gráfica en 2006 y explica que se ha centrado sobre todo en el álbum ilustrado para adultos, trabajando poco para el público infantil. Una de las rutas creativas que ha emprendido ha sido aplicar sus dibujos a cerámica, pero antes ya había mostrado su trabajo en galerías como La Fiambrera Art Gallery, Galería Como me ves te verás, o Espacio Sins Entido. Más allá de lo estéticamente bello, Pulido reivindica la cabeza, el proceso mental y las ideas que atraviesan sus dibujos: “Para crear una imagen hay que pensarla. Me interesa la ilustración en la que ese pensar está visible”, reflexiona al teléfono antes de despedirse.