Puertas al cine árabe

Gracias a valientes distribuidores independientes están llegando películas excelentes a las pantallas españolas

Un fotograma de 'Invitación de boda'.

En su página para votantes a los Goya, la Academia de cine incluye la propuesta de una excelente obra palestina como mejor película europea, Invitación de boda, que aunque coproducida con Francia, Dinamarca y Noruega es árabe por los cuatro costados. Narra la peripecia de un padre que debe ir repartiendo personalmente y acompañado de su hijo mayor, las invitaciones para la boda de su hija en un Nazaret ocupado y en pleno conflicto árabe-israeli.

Es coproducción igualmente, con Francia, Gran Bretaña y Holanda, la iraquí La decisión —actualmente en cartel en algunos cine...

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En su página para votantes a los Goya, la Academia de cine incluye la propuesta de una excelente obra palestina como mejor película europea, Invitación de boda, que aunque coproducida con Francia, Dinamarca y Noruega es árabe por los cuatro costados. Narra la peripecia de un padre que debe ir repartiendo personalmente y acompañado de su hijo mayor, las invitaciones para la boda de su hija en un Nazaret ocupado y en pleno conflicto árabe-israeli.

Es coproducción igualmente, con Francia, Gran Bretaña y Holanda, la iraquí La decisión —actualmente en cartel en algunos cines españoles— que narra la angustia de una joven dispuesta a cometer un atentado suicida en plenas fiestas musulmanas. Además, con Francia y Bélgica ha sido coproducida la película marroquí Razzia, que se estrena hoy en España y que muestra las frustraciones de varios personajes a lo largo de los años —la de un maestro en el Atlas obligado por los fanáticos a enseñar en una lengua que los alumnos no entienden, la de un joven homosexual desdeñado por su padre en la Casablanca moderna, la de una mujer que debe reprimir su afán de libertad, la de un judío rico despreciado por sus vecinos...— es decir, un panorama poco halagüeño; el director aclara que no es sólo sobre su país…

Alguien comentaba hace poco la escasa preocupación del actual cine español por los temas sociales, habiendo como hay tantos problemas reales de los que poder hablar; se achacaba esto al hecho económico de que participen las televisiones en la producción de las películas, lo que acaba convirtiéndose en algo parecido a la censura. Para la pequeña pantalla no quieren problemas, son preferibles el regocijo y alegres comedias, buenas o regulares, que es lo que mayoritariamente ahora se produce.

El cine árabe —más pobre— necesita de la coproducción, que principalmente suele ser francesa; y gracias a valientes distribuidores independientes nos está llegando normalmente a las pantallas españolas, lo que no ocurría hace unos años. Gracias a todos ellos.

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