Fallas 2018: Enrique Ponce y Andrés Roca Rey, triunfadores indiscutibles

'Economista', del hierro de Alcurrucén, el mejor de un buen puñado de buenos toros

El toro 'Economista', de Alcurrucén, el mejor de la Feria de Fallas.TESEO

De los 46 toros arrastrados por las mulillas en la reciente feria de Fallas, por lo menos la mitad fueron toros de triunfo. En diversos tonos, pero astados para dejar bien marcado el destino inmediato de sus matadores. Y, lo que son las cosas, muchos de ellos se los llevaron al desolladero con las orejas en su sitio. Apunten: tres toros de Jandilla; otros tantos, por lo menos, de Alcurrucén; tres de Fuente Ymbro; dos o tres de Núñez del Cuvillo; tres de Domingo Hernández; tres o cuatro de Juan Pedro Domecq; y, cuanto menos, otros tres de Victoriano del Rio. La balanza entre toros potables para...

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De los 46 toros arrastrados por las mulillas en la reciente feria de Fallas, por lo menos la mitad fueron toros de triunfo. En diversos tonos, pero astados para dejar bien marcado el destino inmediato de sus matadores. Y, lo que son las cosas, muchos de ellos se los llevaron al desolladero con las orejas en su sitio. Apunten: tres toros de Jandilla; otros tantos, por lo menos, de Alcurrucén; tres de Fuente Ymbro; dos o tres de Núñez del Cuvillo; tres de Domingo Hernández; tres o cuatro de Juan Pedro Domecq; y, cuanto menos, otros tres de Victoriano del Rio. La balanza entre toros potables para el éxito y las orejas logradas, a pesar de la benevolencia del palco, se decanta a favor de las reses y en contra de los toreros.

De tantos toros apetecibles, dos marcan un nivel altísimo con sus matices diferentes. El cuarto de la corrida de Alcurrucén, ‘Economista’, el más completo del serial. De los que mejor se emplearon en varas, en un ciclo donde este tercio fue un simple trámite burocrático. Alegre en banderillas, donde Ángel Otero puso los dos mejores pares de la semana, y con enorme transmisión, bravura y clase a la hora de tomar la muleta. Un ‘toro de cortijo’, decían antes. De bandera, sin duda. Un toro de consagración, se ha dicho siempre. En la presidencia no se enteraron del acontecimiento; sin embargo, premiaron con la vuelta al ruedo a un toro de Victoriano del Río empalagoso de tanta dulzura y pocas fuerzas. Otro toro de la corrida de Alcurrucén, fue el primero. El que todo torero sueña: fuerzas las justas, pero de una calidad excepcional. De las cuatro orejas que llevaban estos dos toros, solo una quedó en el ruedo. La paseó David Mora, que había tenido toros para haber hecho pleno.

Palo de otro costal es hablar de la presentación de las corridas. Excepto las de la primera parte -Jandilla, Alcurrucén y Fuente Ymbro-, que también tuvieron sus problemas con los primeros toros presentados en corrales, el resto anduvo al límite o por debajo de lo que una plaza de primera exige. La disparidad de criterios entre los equipos de presidentes y veterinarios ha sido escandalosa en esta feria.

Triunfadores con poderes, en cuanto a toreros, Enrique Ponce y Roca Rey. No hay discusión al efecto. Ponce, con orgullo, pasión y responsabilidad. Tras el percance de Román, asumió el papel protagonista y se apuntó de oficio a la sustitución de Cayetano. Plétorico, aunque le vinieran pequeños los cuatro toros que estoqueó. Lo de Roca Rey, un espectáculo. Torero ‘apto para todos los públicos’. Complació a la gente con un toreo de llegada popular, pero también fue capaz de descorchar muy buen toreo. Fue un ciclón. Roca, el nuevo ‘Rey’ preferido por Valencia.

Para completar el pódium de triunfadores, el valenciano Román. Elegido, por méritos propios, para ser base y fundamento de estas Fallas, cayó herido a las primeras de cambio con una cornada de consideración. Su faena al tercer ‘jandilla’ tuvo todo lo que debió tener: frescura, valor, buen toreo, amor propio. Cuatro toros lo esperaban y solo pudo matar uno. Su cotización, no obstante, ha subido pese al percance.

Toreros que salen como valores en alza, posiblemente solo Paco Ureña. Otra vez épico y herido. Toreros que cumplieron o triunfaron en tono menor, José Garrido, López Simón y Colombo. Este último entró el día de San José para sustituir a Román, mas dejó la impronta de no estar preparado para empresas de mayor fuste. Se cantó la actuación de Ferrera, tras una faena de empastada lírica pero de forzada naturalidad. Cumplieron al límite Padilla, Manzanares y Ginés Marín. Con más pena que gloria, Fandi, Lorenzo, Adame, Bautista, Luque, Perera y Castella, este, además, tras una muy pobre actuación en la Magdalena de Castellón. Talavante llegó a Valencia, se supone que cobró y se marchó sin dar un palo al agua. Posiblemente, la mayor decepción.

En el catálogo de novilleros el desencanto fue, si acaso, todavía mayor. Solo el valenciano Jesús Chover, todo entrega y corazón, respondió a las exigencias de un principiante. El resto no puntuó. De las dos novilladas, la de Fernando Peña aportó reses interesantes, pero decepcionó la de El Freixo, propiedad de El Juli.

De la corrida de rejoneo destacó Sergio Galán, y Andy Cartagena cumplió en su reaparición tras su percance americano. Lo de Lea Vicens solo se entiende por ser apoderada por quien es.

La asistencia de público se resume en un lleno de ‘no hay billetes’ para ver a Roca Rey, dos casi llenos las tardes del 17 y 18, con Ponce en el cartel, y una buena entrada el 11, la primera y única a la postre de Román. La entrada del día de San José, la más pobre que se recuerda en los últimos 30 o 35 años. Para tomar nota de cara al futuro, si es que el ‘productor’ Simón Casas tienes interés por esta plaza. Muchos, a estas alturas de su gestión, lo dudan.

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