Dirigir a distancia

En 1982 la turca 'Yol' ganó la Palma de Oro en Canne: había sido dirigida por Yilmaz Guney, en prisión , a través de su fiel ayudante, que llevaba al rodaje instrucciones precisas

¿Se puede dirigir un país mientras se está preso en la cárcel? Esta es, como se sabe, una de las polémicas del día que alimentan de continuo las pesadas tertulias televisivas. La discusión me ha traído al recuerdo aquella otra de 1982 en el festival de Cannes, cuando se presentó una película que su director había hecho desde la cárcel a través de su fiel ayudante, que llevaba al rodaje instrucciones precisas sobre cómo filmarla. Como el director, el kurdo Yilmaz Guney, sufría cárcel por motivos ideológicos, se entendió como propaganda la leyenda de que había dirigido la película desde la celda...

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¿Se puede dirigir un país mientras se está preso en la cárcel? Esta es, como se sabe, una de las polémicas del día que alimentan de continuo las pesadas tertulias televisivas. La discusión me ha traído al recuerdo aquella otra de 1982 en el festival de Cannes, cuando se presentó una película que su director había hecho desde la cárcel a través de su fiel ayudante, que llevaba al rodaje instrucciones precisas sobre cómo filmarla. Como el director, el kurdo Yilmaz Guney, sufría cárcel por motivos ideológicos, se entendió como propaganda la leyenda de que había dirigido la película desde la celda, y más aun cuando se comprobó que Yol era una buena película que obtuvo la Palma de Oro de aquel festival, compartida con la no menos espléndida Missing, de Costa Gavras. Cuando más tarde se vió que las películas dirigidas en solitario por el ayudante, el también turco Serif Gorin, no tenían la calidad de Yol, comenzaron las dudas. ¿Y si fuera cierto que había sido dirigida por poderes?

A fin de cuentas, Yilmaz Guney fue todo un personaje: director de cine y también actor (muy popular en Turquía), novelista, guionista, pero ante todo militante anarquista, lo que le llevó repetidas veces a la cárcel (además de haber disparado en una riña contra un juez, al que mató), logró evadirse y refugiarse en Francia, donde hizo una película más antes de su muerte, en 1984. Es una pena que Fatih Akin, cuya última película, En la sombra, recientemente premiada en Cannes y los Globos de Oro y actualmente en cartel, haya aparcado su proyecto de hacer una película sobre él. Sabríamos seguramente cómo se puede dirigir una película desde la cárcel y los tertuliamos de la tele tendrían un argumento más para sus especulaciones.

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