Pues yo sí tengo miedo

El festival de Venecia ha empezado bajo el síndrome del temor a un atentado terrorista

El festival de Venecia que comenzó anteayer ha nacido bajo el síndrome del miedo. Todos los periodistas allí presentes insisten en comentar las excepcionales medidas de seguridad tomadas por la policía ante el riesgo de algún atentado. En el último festival de Cannes también fueron llamativas por parecer exageradas dichas medidas pero es que estamos ante un símbolo de nuestros tiempos, el tener miedo, en contra de la valerosa consigna de la manifestación barcelonesa, “no tinc por”. Porque miedo tenemos todos, hasta a que vayamos al cine, al menos en los festivales.

Aunque no, al parecer...

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El festival de Venecia que comenzó anteayer ha nacido bajo el síndrome del miedo. Todos los periodistas allí presentes insisten en comentar las excepcionales medidas de seguridad tomadas por la policía ante el riesgo de algún atentado. En el último festival de Cannes también fueron llamativas por parecer exageradas dichas medidas pero es que estamos ante un símbolo de nuestros tiempos, el tener miedo, en contra de la valerosa consigna de la manifestación barcelonesa, “no tinc por”. Porque miedo tenemos todos, hasta a que vayamos al cine, al menos en los festivales.

Aunque no, al parecer, los reyes de España, a quienes se vio entrar muy decididos a una sala de cine en Madrid para ver la película de miedo, Verónica, de Paco Plaza. Les gusta a estas majestades de hoy en día ir al cine, y se los puede uno topar bastante a menudo mezclados entre otros espectadores viendo generalmente películas españolas. Incluso las que dan miedo. Verónica se anuncia así y de qué manera. Yo mismo tuve ciertas prevenciones hasta que armado de valor me lancé a verla, pero luego, no se preocupen los pusilánimes, la cosa no es para tanto. A Felipe VI y señora no les dio miedo la película, y él se marchó en seguida a Barcelona para asistir a la manifestación a favor de las víctimas del atentado ocurrido en esa ciudad. Allí, como se sabe, fue recibido con fuertes pitadas y abucheos. Y con muchas pancartas que protestaban por la compraventa y tráfico de armas en la que España tiene que ver, y por la amistad personal del Rey con otros jefes de estado que a su vez quizá sean presuntos o reales cómplices de terroristas. Todo, pues, de dar miedo. Porque como dice Terele Pávez en la película de Alex de la Iglesia Las brujas de Zugarramurdi “A mí las brujas no me dan miedo, a mí lo que me dan miedo son los hijos de puta, y de esos hay muchos y en todas partes.”

Se dice que es en épocas de crisis de futuro incierto cuando proliferan las películas fantásticas, de terror o de miedo, y en España ha surgido últimamente una generación de cineastas jóvenes (Plaza, Bayona, Balagueró, Paco Cabezas, Jaume Collet-Serra, Nacho Vigalalondo, Gabe Ibañez, Fresnadillo… entre otros) entregados al género en cuerpo y alma. El significado de ello se analizará. Seguro que es algo más que para entretener a la familia real.

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