La dramaturga que nunca soñó con un Max... pero lo ganó

María Cárdenas (Buenos Aires, 1970) nunca se había imaginado a sí misma como dramaturga. Y mucho menos que iba a ganar un premio Max como autora revelación de la última temporada en España. Hace más de quince años que trabaja en teatros, desde que se instaló en Valencia y conoció a su pareja (el actor, director y también autor Xavo Giménez), pero no como autora sino como fotógrafa de espectáculos. Pero en 2012 un cáncer le empujó a volcar esta vivencia en un blog, La teta calva,que luego conv...

María Cárdenas (Buenos Aires, 1970) nunca se había imaginado a sí misma como dramaturga. Y mucho menos que iba a ganar un premio Max como autora revelación de la última temporada en España. Hace más de quince años que trabaja en teatros, desde que se instaló en Valencia y conoció a su pareja (el actor, director y también autor Xavo Giménez), pero no como autora sino como fotógrafa de espectáculos. Pero en 2012 un cáncer le empujó a volcar esta vivencia en un blog, La teta calva,que luego convirtió en una obra dramática. "Era un texto terapéutico y no llegó a estrenarse, pero sirvió para que me picaran las ganas de escribir teatro", recuerda Cárdenas.

Solo ha necesitado desde entonces cinco años para que el público y la profesión la reconozcan como una revelación. "Soy una revelación también para mí. Todo lo que me ha pasado desde aquel primer cáncer ha sido inesperado", asegura. Dice "primer cáncer" porque después de curarse de aquel sufrió otro hace dos años.

Entre medias de sus dos enfermedades María Cárdenas fundó la compañía La Teta Calva con su pareja y escribió dos obras: Adiós todavía y Síndrhomo. La primera ganó el premo Ciutat de Alcoi en 2013. La ensayaron mientras ella recibía sesiones de quimioterapia en su segundo cáncer. La estrenaron en 2016, se curó por segunda vez y hace un mes ganó el Max.

Síndrhomo es una obra de resistencia. Parte de una imagen: la degradación en torno a las casas que el Gobierno valenciano quiso desalojar y derribar a finales de los años noventa para ampliar una carretera en el barrio del Cabanyal. Y de la resistencia de sus habitantes ante el desahucio. “Casas derruidas, objetos abandonados, vecinos atrincherados... Todo eso me llevó a imaginar a mi protagonista: un hombre encerrado en su casa, con síndrome de Diógenes, que acumula objetos que encuentra en las casas desalojadas para formar un ejército de basura contra todos esos que quieren expulsarlo de su hogar”, explica la autora.

¿Y de dónde viene la palabra síndrhomo? “Me la inventé. Es una mezcla de síndrome, por el síndrome de Diógenes que sufre el protagonista, y homo, de hombre. Contiene la misma mezcla de la que está hecha la obra: la locura de la enfermedad, la cordura del intelecto humano. La locura es la que me permite introducir la poesía entre la basura de la realidad”, matiza Cárdenas.

Síndrhomo es la cuarta producción de La Teta Calva (sin contar con otros dos montajes para público infantil). La corta trayectoria de esta compañía es tan fulgurante como la de la propia María Cárdenas. Se estrenaron en 2013 con la puesta en escena de Ártico, de Xavo Giménez. Un año después montaron Penev, también de Giménez, que sigue de gira y ha ganado varios premios (además de quedar finalista en los Max de 2016 como mejor espectáculo revelación). Igualmente continúa activo su tercer montaje, Llopis, monólogo de Giménez. Síndhromo se exhibe hasta el domingo en el teatro Cuarta Pared de Madrid y continuará sus representaciones por España después del verano.