WYDR, el Tinder del arte

Una nueva aplicación que permite comprar y vender obras en línea cuenta con más de 30.000 usuarios

Un usuario maneja WYDR, la nueva aplicación de compra y venta de arte en línea.WYDR

Un deslice del dedo hacia la izquierda: eso es todo lo que hace falta para descartar a una posible pareja cuando se usa Tinder, la aplicación para móvil que ayuda a conseguir citas. Ronda la frivolidad, sin duda, y sin embargo cuenta con más de 50 millones de usuarios y sobrepasa los 10 millones de visitantes diarios. WYDR, una nueva aplicación de compra y venta de arte en línea, es uno de los muchos programas que se han inspirado en su formato, que ha sacudido el universo digital.

Disponible tanto en la web como...

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Un deslice del dedo hacia la izquierda: eso es todo lo que hace falta para descartar a una posible pareja cuando se usa Tinder, la aplicación para móvil que ayuda a conseguir citas. Ronda la frivolidad, sin duda, y sin embargo cuenta con más de 50 millones de usuarios y sobrepasa los 10 millones de visitantes diarios. WYDR, una nueva aplicación de compra y venta de arte en línea, es uno de los muchos programas que se han inspirado en su formato, que ha sacudido el universo digital.

Disponible tanto en la web como en móviles, este Tinder del arte fue ingeniado por dos estudiantes suizos de la Universidad de San Galo (Suiza) hace poco menos de tres años. Gracias a una asignatura de su maestría en Administración de Negocios, que se centraba en la innovación y el emprendimiento, Matthias Dörner y Timo Hahn se unieron para crear WYDR. Aficionados al arte, dedicaron seis meses a un estudio de mercado y, el pasado enero, lanzaron la aplicación. Desde entonces no ha parado de crecer.

'Tulip', una obra de Alexandra Melnikova, artista rusa que vende su trabajo a través de WYDR.WYDR

WYDR cuenta con la participación de 1.200 artistas, que suben su trabajo a la plataforma con el fin de vendérselo a alguno de los 30.000 usuarios que ya se la han descargado. El proceso de publicación de las obras, que suele tomar un par de horas desde que el equipo recibe la imagen de la pieza, no cuenta con un sistema de filtrado. El interesado en vender su arte solo debe incluir las medidas de la pieza, los materiales de los que está hecha y el precio por el que desea venderla. Durante su exposición en la web, el artista recibe un resumen de las impresiones de los usuarios, basado en la cantidad de deslices de dedos que su trabajo ha recibido: a la derecha (para expresar apreciación) o a la izquierda (informando que no es de su agrado).

“Damos algunas recomendaciones sobre cómo ponerle precio al trabajo”, comenta Hahn. “El artista nos dice cuánto quiere y nosotros le agregamos un 30%. Dividimos el precio de venta: el 77% para el artista y el 23% para la empresa, para ser exactos”. Una vez recibido el dinero, que el comprador puede consignar a través de transferencia bancaria o el sistema PayPal, WYDR se encarga de retener la cantidad. Mientras, el artista debe gestionar el envío de la pieza. Solo cuando el destinatario recibe su obra, se transfiere el dinero al vendedor, incluyendo la devolución de los costes del envío y los impuestos cobrados.

El nombre de WYDR viene de una fusión entre las palabras white wall y Tinder. La primera parte hace referencia a las paredes en blanco de las casas o galerías; la segunda, a la aplicación que inspiró a los dos suizos. Además, Wider (cómo se pronuncia la aplicación) significa "amplio" en inglés. “Ampliar el mundo del arte, dando acceso a artistas independientes pero también a usuarios y aficionados del arte que no tienen acceso a las galerías”, explica Hahn.

Algunas de las obras que se pueden comprar a través de la aplicación.Cortesía de WYDR

Ellos quieren un mercado que se adapte a las necesidades del público. “Nosotros no estamos jugando a ser curadores. Estamos diciendo que todo el mundo puede participar, creando una comunidad en la que todos pueden contribuir, ya sea subiendo obras o expresando su opinión al deslizar sus dedos a la derecha o a la izquierda”, asegura Dörner. “Básicamente, es la democratización del mercado del arte”.

A pesar de no ser la primera plataforma de compra y venta de arte en la web –ya existían, entre otras, Auctionata, Etsy, Paddle 8, y Saatchi Art– WYDR cuenta con el elemento sorpresa que implica el formato Tinder. Está orientada a los apasionados del arte que no visitan galerías pero quieren decorar su hogar con algo más que un póster. No imponen límites para el precio de las obras que venden –actualmente, su obra más barata cuesta 29 euros– pero sí buscan mantenerse dentro de un rango que proporcione arte asequible y original.

“Tengo una visión muy personal del arte”, comenta Dörner mientras menciona su daltonismo, un factor esencial en la creación de WYDR. “Cuando era pequeño e iba a los museos, nadie podía hablarme sobre el arte de una forma en la que yo pudiese entenderlo. Para mí, era mejor verlo por mi cuenta y eso es algo que se trasladó a WYDR”. Para Dörner, es obvio que "seguirá habiendo galerías, pero queremos devolverle al aficionado el poder en el arte que siempre le ha pertenecido".

Timo Hahn y Matthias Dörner, cofundadores de WYDR.WYDR
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