El cartel de Cannes

Esa bellísima escalera en forma de pirámide invertida de la Casa Malaparte, al este de la isla de Capri

El cartel que este año propone el Festival de Cannes es una invitación a la nostalgia. Esa bellísima escalera en forma de pirámide invertida de la Casa Malaparte, al este de la isla de Capri, por la que sube el actor Michel Piccoli no solo trae el recuerdo de haberla visto en la película El desprecio (Le mépris), que Jean-Luc Godard rodó en 1963, cuando él era el centro de la renovación del cine europeo, sino de una época viva en l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El cartel que este año propone el Festival de Cannes es una invitación a la nostalgia. Esa bellísima escalera en forma de pirámide invertida de la Casa Malaparte, al este de la isla de Capri, por la que sube el actor Michel Piccoli no solo trae el recuerdo de haberla visto en la película El desprecio (Le mépris), que Jean-Luc Godard rodó en 1963, cuando él era el centro de la renovación del cine europeo, sino de una época viva en la que el cine nuevo se abrazaba con el pasado, rindiéndole homenaje.

Un homenaje no como algunos de ahora que son solo copias —un reciente estudio comparativo apunta, por ejemplo a El renacido de Iñárritu respecto a algunas películas de Tarkovsky, como ya se publicó en este periódico—, sino homenajes limpios y a cara descubierta. Godard solía citar películas, directores o actores que admira. ¡Cómo no recordar el homenaje a Humphrey Bogart de Al final de la escapada! O al director Jean Pierre Melville, que interpretaba a un escritor famoso en esa misma película. En El desprecio es nada menos que el grandioso Fritz Lang quien personifica a un director que debe filmar una película sobre la Odisea. Tanto en esta película como en otras de Godard, la aparición de carteles de cine —Hatari, de Hawks, en este caso— son guiños y no plagios con los que el director ajusta cuentas con el cine que admira. Por no citar a Brigitte Bardot, en aquel momento en todo su esplendor, con su legendario culete en El desprecio.

Al hacer este homenaje a Godard, el Festival de Cannes se lo hace igualmente a toda una época del cine, curiosamente en la persona de un director díscolo que le dio plantón en 2010, cuando se presentaba su alambicada película Film Socialisme. Quizás sea una manera de hacer las paces con él pero, ante todo, de recordar el buen cine, las grandes películas y los autores que han hecho historia, muchas de ellas precisamente en Cannes. Ojalá sea un buen augurio para el festival que se celebrará en el próximo mayo, acuda o no Godard en persona. Este cartel es un buen inicio, y necesitados estamos de noticias agradables.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En