Un toque de esencia

Carlos Piñana presenta su suite 'El cuidado de una esencia' en el Festival del Cante de las Minas junto a la Orquesta de la Región de Murcia

El guitarrista Carlos Piñana junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia en el Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión.José Albaladejo (EFE)

Cuidar la esencia es una especie de norma ética que el guitarrista flamenco cartagenero Carlos Piñana lleva en su ya larga carrera profesional como una divisa. Su primer disco se llamó El cuidado de una esencia y, hace dos años, con ese mismo nombre estrenó su suite para guitarra flamenca con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, junto a la que ha actuado en numerosos escenarios.

Anoche, en una nueva gala de la 55 edición del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, el...

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Cuidar la esencia es una especie de norma ética que el guitarrista flamenco cartagenero Carlos Piñana lleva en su ya larga carrera profesional como una divisa. Su primer disco se llamó El cuidado de una esencia y, hace dos años, con ese mismo nombre estrenó su suite para guitarra flamenca con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, junto a la que ha actuado en numerosos escenarios.

Anoche, en una nueva gala de la 55 edición del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión, el joven concertista y compositor presentó la misma obra junto a la misma orquesta murciana, en su versión de cuerda, y en esta ocasión dirigida por César Álvarez y con Miguel Ángel Orengo en la percusión.

Música optimista, vivaz, alegre y elegante, pero no exenta de profundidad y belleza, con la cuerda de la orquesta, chelos y violines, arropando muy eficazmente el toque limpio y brillante de Piñana. Guajira, zapateado, farruca, jaleos, alegrías... Son algunos de los temas o movimientos que se reúnen en esta suite.

La música del guitarrista cartagenero mira a las raíces y las esencias, pero también es moderna y renovadora, pues bebe de una doble fuente: de un lado la genuinamente flamenca y familiar, la de su padre, Antonio, guitarrista flamenco, y la de su abuelo, el cantaor Antonio Piñana padre, que fue precisamente el primer ganador del concurso de este festival; y de otro, la de la música clásica, dada su formación musical.

Fue un concierto de excelente nivel que estuvo precedido por la actuación de Encarnación Fernández con el toque de su hijo, Antonio Muñoz. Encarnación es seguramente la última buena cantaora que ha dado La Unión. Y aunque sus facultades están ya mermadas, mantiene ese sabor añejo y gitano que anoche emocionó a un público que la recibió y despidió con cariño y devoción. Fue el suyo un recital inesperadamente largo en el que no faltaron los cantes mineros ni la canción por bulerías.

De esta manera, la noche, dedicada a la Región de Murcia, reunía a miembros de dos estirpes flamencas de gran tradición, cartagenera una y unionense otra, ambas muy ligadas al Festival del Cante de las Minas.

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