De sagas familiares y ruidos

Resulta que no te importa. Nada de nada. Pero está por todas partes y no consigues escapar de esa historia, o de aquella otra. Aunque pongas los ojos en blanco cuando alguien lo comenta entre las sombrillas o en el autobús. Pero es que no.

Hay culebrones en los que no te implicas. Situaciones emocionales (televisiva y corazonilmente) en las que no estás, por sus historias o por sus personajes o porque no. Revolotean zumbando como mosquitos, sin picar pero oyéndolos. ¿Cuales son mis "No me importa nada"? Historias de copla y toros. Tras años de tertulias, exclusivas y portadas, ...

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Resulta que no te importa. Nada de nada. Pero está por todas partes y no consigues escapar de esa historia, o de aquella otra. Aunque pongas los ojos en blanco cuando alguien lo comenta entre las sombrillas o en el autobús. Pero es que no.

Hay culebrones en los que no te implicas. Situaciones emocionales (televisiva y corazonilmente) en las que no estás, por sus historias o por sus personajes o porque no. Revolotean zumbando como mosquitos, sin picar pero oyéndolos. ¿Cuales son mis "No me importa nada"? Historias de copla y toros. Tras años de tertulias, exclusivas y portadas, sigo sin pillar la fascinación. Está claro que esos señores, los toreros, son tipos muy valientes ("valor y al toro" y tal) y que esas señoras, las copleras, tienen una voz quiebravidrios, pero de ahí a ser estrellas de portada y dar la vuelta al mundo, al ruedo y al escenario va un buen capotazo. Quizá hace décadas tenían su gracia, en un país encorsetado y en escala de grises, pero hoy, con tus Miley Cyrus y demás divertimentos, la comparación sonroja. Y aburre.

Volvamos a agosto, 2014. ¿El culebrón del verano Bloom y Bieber? ¿Magaluf? Naaah. ¿Y la crisis del verano? ¿Beyoncé y Jay Z? Heladito. ¿Raphael triunfando en el Sonorama? Una honrosa plata.

No. Estamos como al principio. El pantojismo iba a llegar, y llegó. Pantojismo, chabelismo, albertislismo, kikismo… Uy, ese suena fatal. Da igual que no hayas visto sus programas, sus exclusivas, sus tuits. Te invaden. Están por todos lados.

Nada en contra, ojo. Ni a favor: más bien plin. Pero ¿hay alguien que se esté librando de este drama veraniego? El plantel: una chiquilla de 18 años se embaraza de su novio, tienen un bebé, mensajitos amorosos, fotos cuquis y… ¡oh, sorpresa! se separan a los cuatro días. Bienvenidos a Embarazada a los 16, triunfando en MTV desde 2009. Y bienvenidos al mundo real.

Pero, ¡ay! si quedara ahí. Alrededor solo parece haber ruido, pero cuanto decibelio. Ruido incomprensible, donde todo se mezcla. Cotilleos, apellidos, capote y micro. No importa si quieres enterarte o no: te llega que Isabel Pantoja invita a sus fans a su cumpleaños previo pago de 250 euritos. Mil tuits en tu pantalla replican que ella y su niño Paquir... digo Kiko, comparten escenario por primera vez (sin contar aquel mítico Mi pequeño del alma) y ya no hay vídeo con más coñas ni más reproducciones. Alguna revista que llega a tus manos comenta que el joven Rivera Pantoja se reconcilia con sus hermanos de padre, los Rivera Ordóñez (otra saga que si tal). Y Chabelita, que dicen que tiene lío con un primo de Gloria Camila de apellido Ortega Mohedano...

¿No resulta agotador? ¿Tanto chisme, tanto mix de apellidos, tanto lío? Sí, pero al final te has enterado. Y lo comentarás con tus colegas entre cañas, aunque estés cansada, muy cansada, de la familia Rivera.

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