6 fotos

El otro lado del Muro

El arte polaco une a generaciones que vivieron el comunismo y a aquellos que solo lo tienen como un recuerdo de juventud

Katarzyna Kozyra, La casa de baños para mujeres (Laznia zenska), 1997. Katarzyna Kozyra es una de las artistas más conocidas en Polonia, asociada a un arte crítico y comprometido. Sobre esta obra, la autora comenta: "El lugar me dejó absolutamente fascinada. Sus interiores oscuros y lóbregos, su atmósfera singular... Había mujeres extrañas deambulando, comportándose de formas totalmente distintas a las que estamos acostumbradas a ver en la vida diaria. Expresaban cualquier cosa menos erotismo". En la instalación, compuesta por varios vídeos grabados con cámara oculta en un baño de mujeres, el visitante se sumerje en un mundo ajeno a la mirada masculina, donde el cuerpo de la mujer se transforma al mostrarse sin el peso del erotismo.
Zofia Kulik, Mi propio esplendor (v) – Hija, madre, pareja (Wspaniałość siebie (v)Corka, Matka, Partner), 2007. Zofia Kulik (Wroclaw, polonia, 1947) fue una fuerte opositora al régimen comunista hasta su caída. Desde entonces, construye vidrieras fotográficas compuestas por edificios, símbolos religiosos y formas humanas en los que relfexiona sobre la representación del totalitarismo y el poder y el lugar del hombre y la mujer en el sistema.Zofia Kulik & Grażyna Kulczyk Collection
Stanislaw Drozdz, Entre (Miedzy), instalación realizada por primera vez en 1977. Drozdz (Slawkow, Polonia, 1939-2009) es uno de los exponentes de vanguardia polacos. Su obra se centró en crear una relación entre poesía y artes plásticas en las que utilizaba signos ortográficos y numéricos para crear composiciones de gran tamaño en los que contenido, símbolo y forma se desdibujaban. En la obra Entre (Miedzy), sus letras (m-i-e-d-z-y) están dispuestas de manera que nunca alcanzan a formar la palabra completa, creando una tensión entre el espacio expositivo y la imagen que constuye la lengua.
Katarzyna Górna, Madona, 1996. Górna (Varsovia, Polonia, 1968) se formó como escultora, y su obra fotográfica está muy influenciada por la imaginería católica y los patrones de representación cristianos. Madona es la obra más conocida de su serie Madonas, que se plantea la imagen de la mujer en el mundo y los estereotipos a los que está sometida.Adam Cieślawski
Izabella Gustowska, Amor-Rosa (Love-Rose), 2005. Izabella Gustowska (poznan, Polonia, 1948) es una de las primeras artistas polacas en abordar la femineidad en sus cuadros a través de los nuevos medios. En los comienzos de su carrera se inició en actividades artísticas al aire libre o parateatrales. En su obra analiza la construcción de la imagen de la mujer en el arte y la cultura. Un ejemplo de eso es Amor-Rosa (Love-Rose), un vídeo, proyectado en una suerte de ojo o diamante, en el que se funden y suceden representaciones de la mujer como parte del amor romántico y el deseo, desde Rafael y los prerrafaelitas a Manet.
Hubert Czerepok, No solo el bien viene de arriba (Not Only Good Comes from Above), 2009. La obra de Czerepok (Slubice, Polonia, 1973), irónica e iconoclasta, se basa en la copia, la imitación y el collage y versa en torno a los conceptos de bien y mal (y en qué momento se cruzan), la imaginación y la fe del ser humano. En su obra No solo el bien viene de arriba retoma, por la forma, la inscripción del lema "El trabajo os hará libres", grabado por los nazis en la puerta de varios campos de concentración (Auschwitz, Dachau, Gross-Rosen...). El cinismo de los captores es transformado por Czerepok en una pregunta irónica a la sociedad creyente que dio lugar a la famosa frase, una variación de "La verdad os hará libre", del Evangelio según San Juan: ¿Las bendiciones divinas incluyen atrocidades como el Holocausto?