Crítica:

La huella de 'Seven'

Que a estas alturas del partido el guión de una película policiaca contenga el detalle de que el funcionario encargado del caso criminal esté a unos días de la jubilación o el retiro forzoso, supera la condición de risible lugar común para adentrarse en el territorio del simple cachondeo. Y El caso Wells, primera película estadounidense del hongkonés Andrew Lau, es la última en acometer semejante dislate. Las razones por las que el thriller americano repite y repite determinados clichés (y el agente al que le quedan pocos días para resolver un enigma es sólo uno de ellos) va más ...

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Que a estas alturas del partido el guión de una película policiaca contenga el detalle de que el funcionario encargado del caso criminal esté a unos días de la jubilación o el retiro forzoso, supera la condición de risible lugar común para adentrarse en el territorio del simple cachondeo. Y El caso Wells, primera película estadounidense del hongkonés Andrew Lau, es la última en acometer semejante dislate. Las razones por las que el thriller americano repite y repite determinados clichés (y el agente al que le quedan pocos días para resolver un enigma es sólo uno de ellos) va más allá de la falta de imaginación. Incluso de la pereza creativa. De modo que quizá haya que dar un salto hacia el otro lado de la obra de creación y buscar explicaciones a la continuada repetición de las ficciones en la comodidad del espectador medio ante caminos ya conocidos. Lo que provoca que la pescadilla se muerda una y otra vez la cola.

EL CASO WELLS

Dirección: Andrew Lau. Intérpretes: Richard Gere, Claire Danes, Russell Sams, KaDee Strickland. Género: thriller. EE UU, 2007. Duración: 101 minutos.

No será la primera vez, ni por desgracia la última, que en el comentario de una película de estreno se hace referencia a la imborrable huella dejada por la magnífica Seven (David Fincher, 1996) en el moderno thriller americano. Comienzan los títulos de crédito de El caso Wells y la tipografía de las letras, el color ocre que domina la fotografía, y los resquebrajamientos y temblores del celuloide como elemento de tensión avisan de que estamos ante una nueva visita a la autodestructora capacidad de plagio disfrazada de operación de reciclaje. Pero los imitadores suelen tener poco que decir, y lo más llamativo es que hablamos de un director, Andrew Lau, con obra suficiente en su país (comenzando por la extraordinaria Infernal Affairs, de la que Infiltrados, de Scorsese, se convirtió en remake) como para no depender de los clichés de fondo y forma del cine de Hollywood. Sin embargo, es llegar y Lau ya está besando el santo. Por lo demás, El caso Wells se ocupa de una trama de secuestro relacionada con los delitos sexuales. Maneja, como la reciente La extraña que hay en mí, la peligrosa idea del ojo por ojo, aunque escapa en el último momento de ella. Y, para dejar claros sus modelos, calca en la última secuencia (escenario, iluminación, motivación dramática e incluso encuadres) el desenlace de la sin par Seven. Siempre Seven.

Vídeo: ELPAIS.com
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