Reportaje:

Un prodigio de arte y arquitectura

Chirac inaugura el puente de Millau, el más alto del mundo, emblema de "una Francia moderna y conquistadora"

Su cine, su cocina, el Tour, la Torre Eiffel... y el puente de Millau. El chovinismo francés tiene desde hoy un nuevo motivo para el orgullo tras la inauguración por el presidente Jacques Chirac del viaducto más alto del mundo. Su estructura, de casi 2,5 kilómetros de largo, une las planicies de Rouge y Larzac, sobrevuela a una altura media de 270 metros el río Tarn, y, según sus promotores, acorta las distancias entre el norte y el sur de Europa.

Chirac no ha escatimado adjetivos elogiosos al referirse al nuevo puente, "emblema de una Francia moderna y conquistadora". El viaducto de Mi...

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Su cine, su cocina, el Tour, la Torre Eiffel... y el puente de Millau. El chovinismo francés tiene desde hoy un nuevo motivo para el orgullo tras la inauguración por el presidente Jacques Chirac del viaducto más alto del mundo. Su estructura, de casi 2,5 kilómetros de largo, une las planicies de Rouge y Larzac, sobrevuela a una altura media de 270 metros el río Tarn, y, según sus promotores, acorta las distancias entre el norte y el sur de Europa.

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Chirac no ha escatimado adjetivos elogiosos al referirse al nuevo puente, "emblema de una Francia moderna y conquistadora". El viaducto de Millau es, según sus palabras, un "milagro del equilibrio", "un prodigio de arquitectura" que impresiona "por su elegancia, su sencillez, su complejidad y, al mismo tiempo, por su ligereza".

Levantado en sólo tres años e inaugurado un mes antes de lo previsto, el puente se asemeja en los días de niebla a una formación de siete veleros blancos cruzando el valle. Su silueta grácil y blanca, ligeramente curvada, está asentada en siete pilares de líneas estilizadas en forma de flecha. Su punto más alto se eleva 343 metros sobre el suelo, 23 más de los que tiene la Torre Eiffel.

Fusión con la naturaleza

La obra es fruto de 10 años de estudios y del trabajo del arquitecto británico sir Norman Foster y del ingeniero francés Michael Virlogeux y según los expertos, se inscribe en la tradición francesa de obras arte audaces, inaugurada con la erección de la torre Eiffel. Defensor de que la "obra del hombre se fusione con la naturaleza", Foster se ha mostrado orgulloso de que su puente "surja del paisaje con la delicadeza de una mariposa".

Pero en la inauguración de hoy no sólo se ha recordado el ingenio de sus diseñadores. Los nombres de los trabajadores que han participado en esta obra titánica han sido grabados para la posteridad en una placa situada en la parte más alta del viaducto. Muchos de ellos, emocionados, estaban entre los mil asistentes a la inauguración de la obra. Pese "al desafío a la gravedad y a los vientos violentos del valle" que dificultaron la construcción durante la misma no se registraron accidentes graves.

Los conductores podrán atravesarlo a partir del próximo jueves por sólo 4,90 euros, que en julio y agosto subirá a 6,50. La empresa Eiffage, concesionaria de la obra para los próximos 75 años pretende amortizar su inversión de 400 millones de euros para el año 2014.

El peaje es una ganga si se considera que atravesar el valle del Tarn llevará ahora 20 minutos frente a las tres horas que se tardaba hace unos años. La obra beneficiará además a los automovilistas que accedan al país desde España por el paso de la Jonquera y se dirijan por la ruta natural del valle del Tarn al centro y norte de Francia y a Gran Bretaña.

Imagen del puente de Millau.REUTERS
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