FERIA DE SAN FERMÍN

Finalizan los encierros de San Fermín con una carrera rápida y brillante

En la feria que hoy acaba ha habido el doble de heridos por cornadas de lo que es habitual históricamente

Último día de las fiestas de San Fermín y último encierro de los festejos taurinos, que se han caracterizado por una alta siniestralidad -16 heridos por cornadas, frente a los 8 que es habitual-. La de hoy ha sido una carrera muy rápida, como casi todas las que se han podido ver este año, brillante y limpia. Un corredor recibió un puntazo en el gluteo, pero su estado no reviste gravedad.

El octavo encierro de las fiestas congregó a numerosos corredores, aunque en una cifra sensiblemente inferior a la del fin de semana, y se desarrolló en 2 minutos y 35 segundos en una mañana fresca y so...

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Último día de las fiestas de San Fermín y último encierro de los festejos taurinos, que se han caracterizado por una alta siniestralidad -16 heridos por cornadas, frente a los 8 que es habitual-. La de hoy ha sido una carrera muy rápida, como casi todas las que se han podido ver este año, brillante y limpia. Un corredor recibió un puntazo en el gluteo, pero su estado no reviste gravedad.

El octavo encierro de las fiestas congregó a numerosos corredores, aunque en una cifra sensiblemente inferior a la del fin de semana, y se desarrolló en 2 minutos y 35 segundos en una mañana fresca y soleada.

La manada, perteneciente a la ganadería gaditana de Juan Pedro Domecq, enfiló la cuesta de Santo Domingo encabezada por unos cabestros que pronto fueron adelantados por los bureles, que a partir de entonces se encargaron de dirigir al grupo a lo largo de todo el recorrido.

Al final de Santo Domingo, los juanpedros comenzaron a estirarse aunque sin romper la torada y alguno de los astados derrotó en varias ocasiones, alcanzando a uno de los mozos.

Al Ayuntamiento llegaron en primer lugar dos morlacos negros y uno jabonero, éste último el de mayor peso -con 680 kilogramos-, seguidos por sus hermanos y los cabestros para cruzar esta plaza sin mayores problemas que algunas caídas.

Las caídas se repitieron de nuevo en la curva de acceso a Estafeta, donde tres "juanpedros" quedaron tendidos en el pavimento y, al incorporarse, uno de ellos hizo amago de retroceder, lo que impidieron los cabestros que llegaban en ese momento al lugar.

La manada corrió ya dividida toda la calle Estafeta, con tres toros al frente, otros dos, varios metros por detrás y un último cerrando el grupo con los cabestros. Estos espacios permitieron a los mozos acercarse a los animales y protagonizar lucidas carreras, pese a las imprudencias de algunos que no dudaron en agarrarse a sus lomos.

La manada continuó la rápida carrera por el tramo de Telefónica, manteniéndose fragmentada, y prosiguió hacia el Callejón barriendo la parte derecha de la calle. Aunque hubo algunas caídas mozos que provocaron un pequeño montón, los toros no prestaron atención.

Los tres toros que encabezaban el grupo accedieron al coso abriéndose hacia la izquierda y cuando se dirigían hacia chiqueros fue necesaria la intervención de los dobladores al detenerse uno de ellos, que se giró hacia el centro del ruedo. El resto de la torada entró disgregada en la plaza aunque se dirigió hacia toriles sin más ayuda que la de los cabestros que iban tras ellos cerrando el encierro.

Varios toros de la ganadería sevillana de Juan Pedro Domecq resbalan en la curva de acceso a Estafeta durante el octavo y último de los encierros de los Sanfermines 2004.EFE
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