Una alianza en la cumbre del clima de Belém contra la desinformación que alimenta el negacionismo y “retrasa la acción urgente”
Una decena de países, entre ellos España, Brasil, Alemania y Francia, se unen en la COP30 contra unos bulos que amenazan “la respuesta climática global y la estabilidad social”
“Es el momento de imponer una nueva derrota a los negacionistas”, decía el lunes el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en la apertura de la cumbre del clima que se celebra en la ciudad amazónica de Belém, la COP30. En su intervención ante el plenario de esta conferencia internacional, el mandatario apuntaba directamente a la desinformación y a los algoritmos de las redes sociales que esparcen los bulos contra las evidencias científicas en un momento en el que el calentamiento impacta en todos los rincones del planeta. Este miércoles una decena de países se han unido en una alianza contra la desinformación sobre la que cabalga el negacionismo y que se ha instalado en muchos centros de poder, empezando por la Casa Blanca.
Brasil, Canadá, Chile, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, España, Suecia y Uruguay han suscrito una declaración, auspiciada también por la ONU y la Unesco, en la que muestran su preocupación por “el creciente impacto de la desinformación, la información errónea, el negacionismo, los ataques deliberados contra periodistas, defensores, científicos, investigadores y otras voces públicas ambientales y otras tácticas utilizadas para socavar la integridad de la información sobre el cambio climático”. Advierten de que estas prácticas “disminuyen la comprensión pública, retrasan la acción urgente y amenazan la respuesta climática global y la estabilidad social”.
Los firmantes se comprometen a financiar proyectos que contrarresten esas prácticas —Brasil ha aportado ya un millón de dólares a esta iniciativa— y a “promover una acción climática informada e inclusiva” con “el acceso equitativo a información precisa, coherente, basada en evidencia y comprensible sobre el cambio climático”. También, a pedir a las empresas tecnológicas que “evalúen” si su diseño de algoritmos contribuye “a socavar la integridad del ecosistema de información climática”. Además, reclaman al sector privado en general que garantice “prácticas publicitarias transparentes y responsables con los derechos humanos que refuercen la integridad de la información sobre el cambio climático y apoyen la información y el periodismo confiables”.
Esta declaración, que está abierta a que se sumen más países, es fruto de la Iniciativa Global para la Integridad de la Información sobre el Cambio Climático. Fruto de este proyecto, en junio se puso en marcha un fondo especial para financiar iniciativas que ha recibido 447 propuestas de casi 100 países. La declaración de este miércoles insta a todos las naciones que se sumen a aportar a ese fondo. “Las crecientes amenazas a la integridad de la información representan uno de los desafíos definitorios de nuestro tiempo, debilitando los cimientos del debate público y la confianza pública y socavando la capacidad de las sociedades para construir soluciones colectivas”, resume la declaración.
Precisamente este miércoles la organización ClientEarth, centrada en usar el derecho como una forma de lucha medioambiental, ha presentado en la cumbre del clima un informe que va en la misma línea que la declaración firmada por esa decena de países. El estudio alerta de que “las plataformas priorizan, amplifican e incentivan la desinformación climática”. Esto hace que estén incumpliendo, por ejemplo, las “obligaciones de Ley de Servicios Digitales de la UE”.
“La desinformación climática se está utilizando para obstruir la acción climática”, alerta también ClientEarth, que apunta a las empresas de combustibles fósiles y a las compañías vinculadas a ellas por su uso de “tácticas sofisticadas para socavar décadas de trabajo para crear consenso e impulsar la acción a nivel internacional, nacional y local”. A ellos se añaden “otros actores” que “simplemente buscan beneficiarse de la economía de la indignación”. “A corto plazo, la desinformación y la información errónea sobre el clima ponen en riesgo a los ciudadanos que enfrentan los impactos del clima extremo causado o exacerbado por el cambio climático”, señala esta organización. “A largo plazo, erosionan la confianza pública y la voluntad política para tomar las medidas que se necesitan con urgencia para prevenir los peores impactos del cambio climático”, concluye el estudio.