España, entre los 10 países en los que los eventos meteorológicos extremos causan más impactos

Un informe cifra en 27.000 fallecidos las víctimas de este tipo de fenómenos en las tres últimas décadas

Embalse de Belesar, en la provincia de Lugo, en mínimos durante la sequía de 2021.ÓSCAR CORRAL

Los fenómenos meteorológicos extremos, que el cambio climático está convirtiendo en más habituales y duros, dejan a su paso muertes y pérdidas económicas. Entre 1993 y 2022, la humanidad sufrió más de 9.400 eventos de este tipo, según un informe elaborado por la organización ecologista Germanwatch. Alrededor de 765.000 personas fallecieron víctimas de estos mismos fenómenos —entre los que figuran inundaciones, sequías, huracanes y olas de calor—. Además, las pérdidas económicas ascendieron a 4,2 billones de dólares (ajustados a la evolución de la inflación en estas tres décadas), unos 4,06 billones de euros.

Cuando se hace recuento de esos impactos, España —ubicada en la cuenca del Mediterráneo, uno de los puntos críticos del calentamiento global— no sale bien parada. De hecho, según el informe que se publica este miércoles y que contiene una clasificación por naciones, es el octavo país del mundo con más daños acumulados. “Principalmente, por su elevado número de víctimas mortales en términos absolutos y relativos”, se explica en el estudio, que cifra los fallecidos por estos eventos en cerca de 27.000 personas. A eso se añade que “a lo largo de las tres décadas, España sufrió unas pérdidas económicas de 25.000 millones de dólares”, añade el documento.

El denominado Índice de Riesgo Climático 2025, que Germanwatch ha presentado este miércoles, clasifica a los países a partir de los impactos económicos y humanos que han sufrido, incluidas las víctimas mortales y las personas que han resultado afectadas, porque hayan sufrido lesiones o porque hayan perdido su hogar. Además, no solo tienen en cuenta las pérdidas absolutas, también las relativas en función de los habitantes de cada Estado. El índice, explican sus autores, se nutre de las bases de datos de EM-DAT, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

La clasificación de estas tres décadas de desastres está encabezada por Dominica, China y Honduras. El caso de Dominica, un pequeño Estado insular caribeño, es paradigmático de lo que le ocurre a muchos países del denominado Sur Global, cuya responsabilidad es mínima en el problema del cambio climático pero padecen en mayor medida sus impactos que las naciones más ricas. Dominica suele sufrir de forma recurrente huracanes, como el María en 2017, que causó daños equivalentes a el 270% de su PIB. De media, este país se enfrenta a tormentas de este tipo cada dos años, explica Germanwatch. La clasificación de las diez naciones más impactadas se completa con Myanmar, Italia, India, Grecia, España, Vanuatu y Filipinas.

En el caso de España, los autores destacan que las olas de calor de 2003 y 2022 causaron un alto número de víctimas mortales, además de pérdidas económicas importantes vinculadas a la falta de lluvias y los incendios forestales. “La sequía de 1999 y las inundaciones de 2019 también causaron grandes destrozos”, añade el informe, cuyo repaso se queda en 2022. Pero, a buen seguro, en próximas clasificaciones las inundaciones que padeció la provincia de Valencia en octubre pasado engordarán aún más la factura.

Otro informe, esta vez elaborado por la organización Christian Aid, partiendo de los datos de varias compañías aseguradoras y publicado a finales del pasado año, situó esas inundaciones entre las 10 catástrofes vinculadas al cambio climático con las pérdidas financieras más altos de 2024 en todo el mundo. El estudio cifró el coste de la tremenda gota fría que golpeó al sureste de la Península en 4.220 millones de dólares (unos 4.045 millones de euros) solo en pérdidas de bienes asegurados.

Abel López Díez, doctor en Geografía por la Universidad de La Laguna especializado en los impactos de este tipo de eventos extremos, pone el foco no solo en el cambio climático, también en las políticas de adaptación que realizan (o no) las distintas administraciones. En su opinión, la falta de medidas de “prevención” pone a España en una situación de “alta vulnerabilidad” cuando se producen los eventos extremos, como los incendios en Canarias en 2023 y las tremendas inundaciones de Valencia del pasado año. Y entre todas esas medidas que no se han adoptado está la “escasa o, en algunos casos, nula planificación territorial y urbanística” que, como explica López, permite que se ocupen cauces de ríos y otras zonas inundables. “Los errores del pasado se traducen en las vulnerabilidades de ahora”, recalca este experto. “Queda un largo camino por recorrer en adaptación”, sostiene.

Países más vulnerables

En el conjunto de países analizados en el Índice de Riesgo Climático, las fuertes tormentas, las olas de calor y las inundaciones han sido las responsables de la mayor cantidad de muertes, con un 35%, un 30% y un 27% del total, respectivamente. Pero cuando se habla de pérdidas económicas totales, son esas tormentas huracanadas las que más costras han provocado en las tres décadas estudiadas: 2,33 billones de dólares, el 56% del total.

Los autores del informe presentado este miércoles resaltan que todos los países del mundo se ven afectados por los eventos extremos. Sin embargo, cuando se mira a las tres últimas décadas “la clasificación demuestra que los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos afectan especialmente a los países del sur”. “El grupo de países de ingreso medio-bajo es el más numeroso entre los 10 países más afectados”, recalca Germanwatch.

“Las últimas tres décadas muestran que los países del Sur Global se ven particularmente afectados por los fenómenos meteorológicos extremos”, ha abundado a través de un comunicado Laura Schaefer, jefa de la división de Política Climática Internacional de Germanwatch. Y eso a pesar de que la información disponible sobre los impactos de los eventos extremos en el caso de las naciones con menos ingresos es mucho menor, porque cuentan con menos herramientas de seguimiento. “Si los datos de estos países fueran tan completos como los de muchos países del norte global, se podría hacer visible un grado aún mayor de efectos económicos y humanos”, explica Schaefer.

Sobre el futuro inmediato, esta especialista advierte de que “cada vez hay más indicios” de que se está “entrando en una fase crítica e impredecible de la crisis climática, que agravará aún más los conflictos, desestabilizará las sociedades y afectará negativamente a la seguridad humana en todo el mundo”.

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