Las ciudades aportan soluciones a la crisis energética

Los alcaldes europeos piden que se triplique la inversión en rehabilitación de edificios y pase del actual 1% anual al 3%

Rehabilitación de un edificio de viviendas en Madrid.Santi Burgos

Europa se encuentra bajo una tormenta perfecta. La intersección de múltiples crisis está poniendo a los mandatarios y ciudadanos de los países europeos bajo las cuerdas. A la crisis sanitaria del virus de la covid-19 de la que apenas nos dio tiempo a empezar a remontar, se ha unido una terrible crisis energética exacerbada por la peor guerra en Europa en las últimas siete décadas, una crisis climática que nos ha dejado terribles olas de calor e inundaciones y una crisis de coste de la vida que está ahondado en las desigualdades del continente y apretando las economías domésticas con unos preci...

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Europa se encuentra bajo una tormenta perfecta. La intersección de múltiples crisis está poniendo a los mandatarios y ciudadanos de los países europeos bajo las cuerdas. A la crisis sanitaria del virus de la covid-19 de la que apenas nos dio tiempo a empezar a remontar, se ha unido una terrible crisis energética exacerbada por la peor guerra en Europa en las últimas siete décadas, una crisis climática que nos ha dejado terribles olas de calor e inundaciones y una crisis de coste de la vida que está ahondado en las desigualdades del continente y apretando las economías domésticas con unos precios de la compra y facturas energéticas inasumibles para muchos. La palabra pobreza energética, lamentablemente, ya no nos es ajena.

En este contexto inquietante, el rol de los mandatarios locales en la crisis energética es más crucial que nunca, siendo los gobiernos más cercanos a las necesidades del día a día de sus ciudadanos. Los alcaldes de las grandes y pequeñas ciudades europeas se han esmerado en proteger a los más vulnerables de la inaceptable disyuntiva de pagar las facturas energéticas o comer. Puntos de asesoramiento energético como los que impulsaron las ciudades de Barcelona o Roma se han convertido en indispensables para muchos ciudadanos desesperados por el creciente precio de la luz.

Programas de ayuda como el de recambio de las ineficientes y contaminantes calderas de carbón por bombas de calor en Varsovia, que costaron arrancar, se han convertido en la solución para abaratar el coste de llegar a un confort térmico aceptable y asequible en muchos hogares. O el compromiso de Milán de instalar 60.000 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos en edificios públicos a través de colaboración público-privada para promocionar comunidades energéticas. Pero hay muchas más acciones que las ciudades pueden llevar a cabo con el apoyo adecuado.

En abril del 2022, los principales alcaldes europeos de la red de ciudades C40, junto con la Agencia Internacional de la Energía, presentaron un plan de emergencia con 10 puntos esenciales para combatir la crisis energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles como el gas o el petróleo. Este plan identifica tres áreas prioritarias de trabajo: el impulso de las renovables, la aceleración de la rehabilitación energética profunda de los edificios y la implementación de programas de apoyo a los más vulnerables. Estas medidas están enfocadas en revertir décadas de falta de inversión en la implementación de un sistema limpio de energía, edificios más eficientes y un apoyo hacia un sistema de transporte más sostenible. Con el apoyo y los fondos adecuados, las ciudades pueden liderar la salida de la crisis energética, reducir la pobreza energética en Europa, mejorar la salud pública y crear miles de puestos de trabajo en la nueva economía verde.

Reunión en Bruselas

El pasado 22 de febrero, una representación de alcaldes europeos se reunió en Bruselas con la Comisaria Europea de Energía, Kadri Simson, para mostrar su apoyo a los ambiciosos objetivos climáticos de la Unión Europea y discutir el rol de las ciudades en la aceleración de la rehabilitación de edificios. El mensaje de los alcaldes fue claro: es esencial que los líderes europeos tripliquen la inversión en la rehabilitación anual de edificios del 1% actual al 3% —empezando por los hogares más vulnerables— si Europa quiere cumplir con su objetivo de reducir un 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, reducir la dependencia del gas y acelerar la creación de puestos de trabajo cualificados en la nueva economía verde como la presidenta Ursula von der Leyen anunció en el lanzamiento del Plan Industrial del Pacto Verde Europeo hace unos días.

Según un reciente estudio de C40, esto equivale a rehabilitar un mínimo de seis millones de hogares por año en los próximos cinco años, un 15% del total de los hogares europeos, con un coste aproximado de unos 200 billones de euros. Invertir un millón de euros en rehabilitación energética de edificios e instalación de paneles solares tiene, además, seis veces más potencial de creación de nuevos puestos de trabajo que invertir la misma cantidad en plantas de gas.

Europa espera recibir durante las próximas semanas las actualizaciones de los Planes de Recuperación y Resiliencia de los Estados miembro de la Unión Europea, después de solicitar que estos planes se alineen con el plan RePowerEU ―el plan de la Unión para combatir la crisis energética―. Es, por tanto, un momento crucial para que los países europeos, sobre todo aquellos con una asignación mayor de fondos de recuperación como Italia o España, tengan en cuenta la necesidad de ser todavía más ambiciosos en los objetivos nacionales de rehabilitación energética. Tendrán en las ciudades a sus grandes aliados.

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