Transportes lanza 1.000 millones en ayudas para que los ayuntamientos creen zonas de bajas emisiones

El ministerio evaluará que las restricciones de tráfico se apliquen en una zona amplia, impulsen la movilidad activa (a pie y en bici) y tengan perspectiva de género

Un cartel en la avenida Diagonal avisa del inicio de la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona, este viernes.MASSIMILIANO MINOCRI

El Ministerio de Transportes lanza este lunes la primera línea de ayudas para que los Ayuntamientos con más de 50.000 habitantes puedan crear zonas de bajas emisiones (ZBE), compren autobuses eléctricos y construyan carriles bici y áreas peatonales. Los consistorios que quieran optar a los 1.000 millones procedentes del Plan de Recuperación deberán presentar en un mes proyectos que se apliquen en una amplia zona de la localidad, promuevan la mov...

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El Ministerio de Transportes lanza este lunes la primera línea de ayudas para que los Ayuntamientos con más de 50.000 habitantes puedan crear zonas de bajas emisiones (ZBE), compren autobuses eléctricos y construyan carriles bici y áreas peatonales. Los consistorios que quieran optar a los 1.000 millones procedentes del Plan de Recuperación deberán presentar en un mes proyectos que se apliquen en una amplia zona de la localidad, promuevan la movilidad activa (a pie y en bici) y tengan perspectiva de género. La Ley de Cambio Climático aprobada en mayo obliga a las 149 urbes de más de 50.000 vecinos a crear áreas de tráfico restringido antes de 2023, y el departamento de Raquel Sánchez quiere impulsar esas actuaciones con esta partida. El Ministerio de Transición Ecológica, por su parte, deberá determinar las características requeridas por ley para estas áreas, algo que no se espera hasta septiembre.

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Las zonas de bajas emisiones (ZBE) son áreas —situadas en su mayoría en el centro de las ciudades— en las que se prohíbe el acceso a los vehículos más contaminantes para mejorar la calidad del aire. Para ello, se tiene en cuenta el sistema de etiquetas de la Dirección General de Tráfico: los coches de gasolina matriculados antes de 2000 y diésel anteriores a 2006 carecen de etiqueta. La etiqueta B se corresponde con coches de gasolina de entre 2000 y 2006 y diésel de 2006 a 2013. La C, de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014. Eco: los híbridos en general. Cero: los eléctricos o los híbridos con una autonomía de más de 40 kilómetros. La ZBE de Barcelona, única activa en la actualidad en España —el PP tumbó en los tribunales Madrid Central—, restringe la circulación a los vehículos sin etiqueta de 7.00 a 20.00 en días laborables.

Sin embargo, todavía no hay una definición exacta de qué puede considerarse una ZBE. La Ley de Cambio Climático recoge que estas áreas son aquellas en las que “se aplican restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero”. El Ministerio de Transición Ecológica tiene pendiente todavía publicar las características concretas que deberán cumplir dichos entornos.

A falta de estos datos, Transportes explica que la evaluación de los proyectos tendrá en cuenta la extensión de la zona, la intensidad de las restricciones, las posibles excepciones... Y que valorará la señalización, los sistemas automáticos de control de accesos, la reordenación del espacio público y los sistemas de gestión y penalización, entre otras cuestiones. “Lo importante es que la combinación de medidas tenga suficiente impacto y solidez, sea relevante, cumpla con los objetivos del Plan de Recuperación, y provenga de un proyecto maduro, es decir, no se va a financiar papel”, dice un portavoz ministerial. “Se valorará la contribución a la mejora de la accesibilidad universal y la perspectiva de género en las actuaciones”, prosigue.

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Los patrones de movilidad de hombres y mujeres suelen ser diferentes: en muchas ocasiones, los hombres hacen un único desplazamiento al trabajo o centro de estudios, mientras que las mujeres hacen además desplazamientos cortos relacionados con las compras o los cuidados. Los expertos en movilidad consideran que hay que tener en cuenta estas variables a la hora de poner en marcha planes de movilidad sostenible.

Peatonalizaciones y carriles bici

Las partidas del ministerio incluyen también actuaciones para lograr el cambio modal hacia el transporte público y para impulsar la movilidad saludable (a pie y en bici), es decir, peatonalizaciones, creación de carriles bici, aparcamientos disuasorios o carriles bus. Además, buscan la transformación de flotas del transporte público, por lo que podrán subvencionar la compra de autobuses eléctricos o de hidrógeno y la instalación de puntos de recarga para ellos. También tratan de impulsar la digitalización de los servicios públicos de transporte para mejorar la experiencia de los viajeros, la accesibilidad y la mayor eficiencia en la gestión del tráfico. En la web del Ministerio de Transportes se irán publicando guías para ayudar a los ayuntamientos en las diferentes áreas, por ejemplo, cómo debe ponerse en marcha una ZBE o cuáles son los criterios y anchura mínima para crear un carril bici.

Los gobiernos municipales necesitan haber aprobado un Plan de Movilidad Urbana Sostenible antes de solicitar las ayudas. También pueden optar a ellas municipios de más de 20.000 habitantes que cuenten con una red de transporte público urbano. Las subvenciones, que podrán pedirse hasta el 30 de septiembre, se evaluarán durante el otoño y el dinero comenzará a llegar en invierno. El ministerio financiará hasta un 90% los costes de estas actuaciones, con un importe mínimo de 200.000 euros por iniciativa, y los proyectos deben estar finalizados antes del 31 de diciembre de 2024. El año que viene habrá otra partida de 500 millones para proyectos similares. A estos 1.500 millones se sumará una partida de 900 millones para que las comunidades autónomas impulsen ZBE y mejoren las redes de transporte público, y otros 400 para la transformación de flotas privadas de transporte de viajeros.

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